miércoles, 25 de abril de 2007
He DecidiDo.
He decidido no escapar de ti, de perder el miedo que siempre te tuve, de dejar de esquivar tu fija mirada, de pronunciar tu nombre que a todos espanta.
Así que para conocerte tal como eres no te nombro con la palabra que cubre tu desnudez y te espero sin resistencia en el silencio en el que solo es posible encontrarte.
Me niego a condenarte como los demás lo hacen y te abro de par en par las puertas que siempre mantuve cerradas para que no entrases.
No volveré a juzgar tu naturaleza incomprendida, ni volveré a serte infiel con el dios que se bebe sorbo a sorbo, para que así puedas abrazarme en la ebria lucidez con la que navega el pensamiento.
Absuélveme si renegué de ti cuando te odiaba y no quería ni oir tu nombre, cuando busqué la compañía acogedora, ante el temor cobarde de la tempestad que produciría el besar tu boca.
Porque solo hay temor en lo que no se conoce, no espero de ti ni recompensa ni castigo y tan solo escarbo para encontrar la raíz del conflicto que siempre hubo entre nosotros.
Por eso ahora, cuando me abrazas, se detiene el pensamiento, te observo con delicada atención dejando que me susurres todo aquello que no se puede expresar con palabras… Soledad.
Así que para conocerte tal como eres no te nombro con la palabra que cubre tu desnudez y te espero sin resistencia en el silencio en el que solo es posible encontrarte.
Me niego a condenarte como los demás lo hacen y te abro de par en par las puertas que siempre mantuve cerradas para que no entrases.
No volveré a juzgar tu naturaleza incomprendida, ni volveré a serte infiel con el dios que se bebe sorbo a sorbo, para que así puedas abrazarme en la ebria lucidez con la que navega el pensamiento.
Absuélveme si renegué de ti cuando te odiaba y no quería ni oir tu nombre, cuando busqué la compañía acogedora, ante el temor cobarde de la tempestad que produciría el besar tu boca.
Porque solo hay temor en lo que no se conoce, no espero de ti ni recompensa ni castigo y tan solo escarbo para encontrar la raíz del conflicto que siempre hubo entre nosotros.
Por eso ahora, cuando me abrazas, se detiene el pensamiento, te observo con delicada atención dejando que me susurres todo aquello que no se puede expresar con palabras… Soledad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
si supieras cómo empieza ella
ResponderEliminarno la buscarías
si supieras cómo corta
desde dentro
ni la nombrarías
Si la vieras
cómo envuelve con su negro manto
el más limpio sol del mediodía
todo lo revuelve desde dentro
amargándonos la noche
destrozándonos la vida.
Déjala, te lo pide
uno más de sus amantes
que me dejó sin alma
que ni siento ya ninguna herida...
bellísimo...azpeitia
ResponderEliminar