El EGO¡ Ante el espejo
¡Oh Satisfacción¡ No pienso si podría vivir sin ti.
Eres como agua o pan,
algo absoluto que nace
desde el centro de mi esencia,
me encuentro absolutamente colmado
de mi única presencia.
De muros alzados con silencios y
privilegio de volar por universos,
columbrándome en mi mismo
reflejo de mi mundo
entidad de mi propia existencia.
Como polvo de estrella
como astro suspendido del abismo
arrastro el esqueleto, bailo y lo empujo
a la apariencia, desgranando la sonrisa satisfecha
anticipada de belleza.
¿O es mueca?, si ya no sé quién soy en los espejos
sumido y suspendido del yo rítmico,
en el fondo de cristal de esos reflejos, me idolatro,
me contemplo y me mimo.
Como símil acrílico
cuerpo de oro,
perfección fatal _de meterme_
ahí en el podio, alto y fino
azorado de efigies y de trinos
divino a mis ojos y a mi oído.
Esta idolatría que es la “Mía”,
sobre la que yo pongo mi desvelo
en la que vierto mis halagos, mis adobos,
mis cuidados, poseyendo totalmente su soporte
que me ensalza y reconoce.
No es más que… una luz extraña
que refleja en el espejo,
el narciso momento en que el “Ego”
me devora agriamente las entrañas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Huellas.