Mis ojos se olvidaron ya de dormir,
Pero aunque no te encuentre,
Que dulce es este insomnio para mí.
Envuelta en la penumbra de mi débil corazón
Y aunque esté siempre a solas,
Que dulce es para mí esta espera amor.
Por las cuevas de mis sueños,
Me eleva la vida
Este firme y fuerte empeño.
Yo me disgusté…
Porque me habías sacado de mi sueño
No te hice caso y te marchaste.
Y me pediste de beber
Y yo inerte… sin darme cuenta,
Lo que me ofrecías…me enfadé.
Cuando estaba ya oscurecido,
Con una antorcha en la mano,
Con tu fuego…
Y yo ciega, me diste miedo,
Y te dije… luego.
Sentada aquí en mi cuarto solitaria,
Te llamo pidiéndote que vuelvas,
Y al llegar la mañana pude ver,
Que estabas allí sobre el vacío,
A mi lado sin desfallecer.
Y así…
Tantas veces que
Por eso no te puedo dejar de querer
Y porque solo tú… calmas mi sed.
A buscar en mi portal;
Este mi último suspiro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Huellas.