Para mis amigos con cariño Juan y Alma y su bebe Raimundo.
Después del envolvente bochorno vespertino
que marzo engendró,
llegó la noche;
recosté mi oído
sobre su vientre
–amada tierra, fértil de sueños-
Cerré los ojos
como esperando escuchar vuelos, ecos, latidos...
En pocos instantes te descubrí
-por primera vez-
pude sentir tu sobre salto prenatal
algunos movimientos de bajo de mi oreja,
como si el vientre de Alma mutara en vida,
como si tú
-amado sueño-
sintieras la presencia de éste feliz hombre.@Juan Frausto
Que bello poema y que bello gesto el tuyo.
ResponderEliminarMucha ternura en tus manos.