En la orilla del pensamiento
te siento,
aunque no te entiendo
escapándote de ti, te refugias en mi,
pero siempre temiendo.
Te siento y no quiero hacerlo
porque me duele
como te duele perderme,
a ratos te miro
y te envuelvo
en estos labios que te reviven
cuando tantas veces te mato.
Pero siempre me esperas
clavado en esa cruz
que tallaste con tus manos,
derramando la sangre
del sueño de adorarnos.
Cuanto más me tienes
más te extraño,
cuanto más me sientes más me pierdes
y ese sueño donde estamos, se disuelve,
se arruga, cada vez que te pienso.
Pero ahí estamos
así como tu vino,
me bebes en silencio
y en la boca te tiemblo y te deleito,
a pesar del miedo
que clama tu cuerpo.
Como la vida y la muerte
como sabia y veneno
que mata tu tiempo,
te falto, te sobro…
tus ojos me nombran,
me contemplas, me piensas,
me tienes dentro,
sin ningún futuro ni fundamento.
Si mi mar fuera cierto,
ResponderEliminarserías la orilla
donde descansara mi cuerpo
tras mil tormentas
pero... ¿ de quién es la orilla ?
Si fuese verdad mi cielo,
serías la luna,
agujero blanco
por donde escapara mi alma
al infinito, pero...
¿ Quién puede pedir la luna ?
Escribes hermoso , Rozas el alma...un beso.josé.
ResponderEliminar