Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

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Corramos... Hay que salvar el planeta.

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La Tierra

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miércoles, 5 de septiembre de 2007

DudaS...


Si el Dios de los dioses tuviera corazón, repartiría mejor el dolor.

Si tuviera conciencia, constancia real, de donde golpea, podríamos pensar que está en alguna parte, pues no es posible tanta injusticia, tanto ensañamiento con los más desamparados, con los más humildes, con los que siempre pagan su parte una y otra vez por adelantado, en el dolor, en la injusticia en la necesidad, si, ya sé que según él hay que poner la otra mejilla, pero ante tanto golpetazo, ya el buche se va llenando y quien vive valiente es hasta que el cobarde quiere… Entonces tengo que pensar que existe la posibilidad de que no esté, que nada tiene que ver con esto ni en cualquier otra cosa, y que al no estar, no lo puede evitar, ni repartir proporcionalmente el pastel de calamidades que siempre les toca a los mismos.

Pero entonces, luego, me pregunto ¿es todo fortuito en el mundo? ¿Pasan las cosas sin un orden de causa? ¿Cometemos tantos errores? ¿O es una consecuencia de la vida misma? ¿Dónde está el fondo de todo esto? Tantas preguntas sin responder, tantas contradicciones…

Porque digo yo, no es lógica tanta casualidad, no puede ser fortuito que siempre, SIEMPRE, el infortunio golpee a los mismos, a los más desamparados, pobres y desgraciados, alguna vez la casualidad si lo fuera, y es probable que lo fuera en un tanto por ciento estadístico, que golpearan en las puertas de por ejemplo:

A esos asesinos terroristas que sin pudor ni conciencia acaban con las vidas de inocentes, a los manipuladores de la ignorancia y la honestidad humana, a los empresarios que juegan con el esfuerzo malpagado y explotado de la gente que lucha honestamente para sobrevivir, a los abusadores del poder que violan amparados por la ley hasta a la flor y el agua, a los corruptos que se apropian de lo ajeno impunemente, a los injustos, a los poderosos saturados y corruptos, a los fanáticos que no toleran más que a su dedo índice, a los que se apoderan de las riquezas naturales del planeta como dueños y roban su disfrute si no es lucramente pagado( Pequeños dioses nombrados con apaños y distorsiones de lo bueno y de lo justo, engaños, manipulaciones crímenes…)

Entonces el Dios del que me hablaron, no es justo ni reparte bien, en el que me enseñaron a creer,, ese, que dicen es justo entre los justos, que nos mira a todos iguales, incluso al descarriado, que nos ofreció las mismas cosas, nos hizo propaganda del amor, de la justicia, la caridad, la tolerancia, la generosidad…

Es similar a una propaganda electoral, me recuerda a las campañas electorales de los todo poderosos, que nos ofrecen el oro y el moro y un bienestar moral, mientras captan votos o simpatizantes engañados y una vez así, nunca cumplen lo prometido, abandonando a su suerte a los honestos e incautos que les creyeron y les regalaron su fe, y surtiendo después de la mejor suerte, de la mejor “casualidad” a los más ricos, a los más pudientes, a los que incluso menos se lo merecen.

No puedo extenderme más, tomemos esto como una “posible campaña electoral” pero basada en hechos reales, para reclamar al dios que me vendieron, que mejor para terminar le dedico un poemita, basado en tantos pensamientos tanto míos como de otros que no pueden decirlo, pero que lo llevan en la mente y lo que es peor en sus corazones.

Habrá que encontrar un Robín Hood de nuestros tiempos a riesgo de ser crucificado.

Tengo pasión

Por tu presencia,

Y aquí ando en plena duda,

En fiera lucha,

Adsorbiendo el ruedo y

Quiero más pero no puedo.

Sería mejor

Si tú me hablas,

Aunque solo sea

Una palabra tuya

En mi llanura.

Y quiero izarme,

Haber si toco

Si ya descanso

Si ya coloco,

Mi ansia tuya

En tu madero.

Dame una tregua,

Una respuesta,

Mis súplicas ¿no son bastante?

Aquí me tienes, estoy delante.

Estallas en mis sienes,

Pobre de mí

Dudo de ti,

Con hambre, con deseo

Con llantos y con fiebres.

Y de rodillas,

Mal que me pese, señor,

Estoy dudando,

Dime ¿Qué clase de Dios eres?

Que manejas y consientes,

Las pruebas y dolores

Entre los seres más pobres?

Contéstame o sécame la frente.

Porque tu rostro es el rostro del espíritu

Que me estremece,

O es mi duda ¿lo que tú prefieres

Dejándome a mi suerte?

Rescátame Jesús, no me atormentes.

1 comentario:

Huellas.