Y seguiré el sendero sin límites
Sin que me tiemblen las piernas
Tan siquiera.
Para mi locura
Y no dejes un resquicio
Que no bañes de ternura.
Para edificar una a una las fantasías
Donde mora el temor y la esperanza
Regálamelas que sean mías.
Llevándose el vestido de encaje y plata
Empújame a los sueños con mano sabia
Enséñame el sonido de la voz con que me hablas.
Donde columpio mis próximas paradas
Tus guías tus te quiero
Y todas tus mañanas.
Que lleva reflejado el sentimiento
Regálame el iris de tu cielo
Pasión que me condena yo te espero.
Déjamela en mi almohada
Al llegar la aurora
Que sea ella la alondra que en su vuelo
Me cure las heridas
Que yo traigo en el pelo.
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Huellas.