Soy la sonrisa de tu rostro,
el punto de tu mirada suave,
la piel que tus manos acaricia,
el paladar de tu boca, la brisa
que golpea tu pecho y te invade.
Me respiras en tu aliento,
lleno tu cuerpo,
palpito en la hondura
de tu corazón en pena,
me pierdo en la copa
que te bebes cuando sueñas.
La noche moja con su rocío
el ardor de tus besos, tu pecho y el mío;
y allí somos uno, el lecho tibio,
el perfume de aliento, el paraíso.
Lates al ritmo de mi palpitar y de mis besos
y mi savia recorre las venas de tu cuerpo
te vuelves sabor, olor de mi recuerdo
y aroma de sentimientos.
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Huellas.