Mi dirección es el camino de tus pupilas, como puntos de luz que me acercan, mirada, pecho, hombre en mi alma, infinito que la abre al relente de tus pasos, a cada paso y en cada brisa, sonrisa.
Manos que se acercan rozando de versos mis sentidos, manos que me miran, rozan y me abrazan, las tuyas, en cada hora y en cada forma, dejando huellas en mis orillas, donde siempre pude esperarte bajo la noche.
Bajo la luna que me baña con lágrimas de oro y plata, labios del habla escribiendo en mi piel sin palabras, contagiándome de amor y muriéndome en la orilla, mi corazón, solo una víscera que me estorba y me acompaña.
Algún día dejaré de buscarte en el horizonte de mi espejo, o quizá lo parta en mil pedazos, para mil veces tenerte, hoy es mi avaricia, aunque mañana posiblemente me pierda en la piel de otra caricia.
Nooooo
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