Hoy me creció un relámpago
sobre mi frente,
y un tremendo dolor de cabeza
me enajenó la mente,
doblando mi cadera
y eso me hizo,
de repente una mujer concreta
me dejó “lela”
a ritmo desolado
se me hizo cárcel los ojos
me desapareció …
la cadencia en la nota,
la pasión en el verso,
así que antes de asomarme
a la prisión del silencio,
a ritmo desolado,
me salió este verso,
pobre y pequeño.
No existe verso pobre ni pequeño.
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