Pretendo esta noche dilatar hasta que reviente el breval moribundo donde aún existes, quiero encontrarlo, llegar a su morada y extinguirlo.
Quizá duerma en los pliegues de la piel que te llevaste, quizá asome diluido en los torrentes nocturnos que me ahogan en mis sueños, y vuelven más oscura la noche alguna vez amada impregnada en los poros de mi cama.
No escondo nada, ni soles ni olas, nada, vacío la almohada.
Voy a levantarme entre los muros de mi casa, revestir el desaliento que a veces te llama, el lamento que te guarda.
Dejarme de avatares inútiles y morir a bien en la muerte que resbala de la cornisa de mi calma.
Debo entonces sumergirme de golpe de todos los desasosiegos para que no quede nada. Que seque la sangre y perezca cada llanto, ya no será motivo el derrumbe que te abata cuando abras los ojos y estés ya consumido en la memoria del sol, de mi y de mi palabra.
Cómo lográs descifrar y plasmar el sentimiento tan real de las cosas que sucenden, vos lográs que el lector se meta en la contienda y al final, llegue a pensar, esas son las palabras exactas que yo quería decir, pero no las encontré.
ResponderEliminarMuy bueno el escrito.
Un abrazo.