Me asomo cada noche
a lo ya extraño de tu presencia,
se hacen extraños los no próximos
la ausencia aleja de voz y tacto,
siento como una indescifrable y cálida brisa
llena de enigmas…
Nunca te sabré…
emerges de mi boca
como la sangre dulce, fresca e invisible
que preña las imágenes
imposibles de mi sueño,
susurras en mi oído espermáticas silabas
saciándome de la niebla de tu saliva,
impregnando la laguna de mi persona…
y a pesar de eso y a pesar de todo,
nunca te sabré…
por mucho que te adentre y te cubra
con mis besos de ayuno,
sanadores de la noche que te auguro.
Que hermoso lo que escribes , si alguna vez le regalas estas palabras a alguien le daras la felicidad de tener un infinito de estrellas.
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarEs muy hermoso el comentario, también es un poema.
Cariños.