Me acerco a ti:
¡Qué frías tienes las manos!
Sentados uno frente al otro,
Aparté las mías de inmediato,
Sentí mucho frío,
Como el mismo vacío ocupándolo todo.
Quise gritar para romper el silencio
Pero me quedé pegada al paisaje
Que se ve si se nos mira
Desde fuera,
Ese paisaje que se hunde
Milímetro a milímetro
Como una Venecia triste
Meciendo el agua a pinceladas,
Parece que quiera dibujarnos la vida
Pero no le sale…
Al mismo tiempo que nuestras ilusiones
Hacen agua en nuestro viaje
A ninguna parte.
No me gustan las manos frías…
Me reconoces en la mirada de tu asombro
Y tú me dices: te delata el silencio
Sé que no me quieres,
Soy el destierro de tu pasado,
Tu soledad antigua,
La luz que ciega tu mirada,
La subasta del fracaso,
Me veo en las caricias que te faltan,
Y me está doliendo ser,
Seguramente nada.
Sé que es incuestionable,
Pero sabes que por ti…
Ofrecería hasta mi último aliento,
Impronunciable.
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Huellas.