Yo estaba llena de amor para llenarte,
Rota por tu ausencia,
y ¿de qué me acusaste?
Llegaste trotando,
Con tus alrededores llenos de tormentas
Con tus dudas violentas
Preñando mi alma de termitas
que traías anidadas en los pliegues
que la anidan…
y yo solo pude ofrecerte un adiós sin alas
de tan dolorida,
ahora que ya mueres en el aire
de tu conciencia,
si me encuentras perdida,
rota, partida,
no me recojas, ni siquiera como acción
solidaria… mejor me olvidas.
Buen escrito, algo triste.
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