La distancia es una ladrona
De encuentros,
sus filos construyen
un azahar perfecto,
bonsái
que nunca crece,
tiende una alfombra rosada
en el parque de las inquietudes
y se retuerce impotente,
millones de palabras
lloran
sobre ese silencio amargo,
y lentamente en el tiempo
una tumba va cavando.
Soy un jilguero cantando
en las fauces de un lagarto,
y un remolino de labios
gritando…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Huellas.