sábado, 12 de abril de 2008
Se va.
Dejé una nota suelta, entre las cuerdas de mi guitarra, llanto ahogado, como un adagio antiguo, su desarmonía pesa y pasa desafinando el lamento de su balada, mi desaliento me rasga la voz, me asusta perder la armonía de algo en mi vida, la abrazo y cruje el adiós como las hojas muertas, se me ha muerto mi vieja guitarra, Se Va, y me lleno de una soledad irremediable como la de los desenamorados que se olvidan para siempre, después lloro… y cruje su ajada madera... me siente.
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Huellas.