Apuñalaito de agua estuve
Besado de fuego por tu mirada,
De bruces sepultado en esa nube
Que tornara mi noche en alborada.
Ni fuego, ni la nube ni puñales
Ni tu mirar, ni el agua en mi clavada
Mi alma otra vez a los arrabales:
De nuevo miro… y no, no tengo nada.
Quise haber terminado en el cuarteto
Si sigo, me entristezco hasta la muerte,
Pero voy a acabar este soneto
Quieto estaba y ahora… sigo quieto
No me muevo si no es para quererte.
@Manuel.
Manuel este soneto es precioso, y muy bueno, está perfectamente conseguiso, eres un poeta, en tus letras y por supuesto en tu alma, lo sé muy bien.
ResponderEliminarUn beso desde el corazón del corazón.
Ah Se me olvidaba, gracias por regalarmelo y poder ponerlo en mi blog, las cosas bellas hay que sacarlas.
ResponderEliminarOtro beso.