martes, 2 de septiembre de 2008
A sal.
A mi me sabe el dolor a sal,
tiene esa mirada larga e infinita
como el mar,
como un consuelo fluvial...
me alimenta su consuelo,
me lo bebo
y entra por las comisuras
de mis labios
invadiendo mi cuerpo,
y allí, inunda su estallido
como pájaros desatados
en la corriente de la pena,
sin una boca que te comiera,
ni unos ojos que te vieran...
igual que cuando el mar
se libera,
que sin boca te traga
y sin ojos te mira
y apaga la sed de los siglos
y que nadie se lo impida...
El dolor sabe a sal... ¿Tú que opinas?
tiene esa mirada larga e infinita
como el mar,
como un consuelo fluvial...
me alimenta su consuelo,
me lo bebo
y entra por las comisuras
de mis labios
invadiendo mi cuerpo,
y allí, inunda su estallido
como pájaros desatados
en la corriente de la pena,
sin una boca que te comiera,
ni unos ojos que te vieran...
igual que cuando el mar
se libera,
que sin boca te traga
y sin ojos te mira
y apaga la sed de los siglos
y que nadie se lo impida...
El dolor sabe a sal... ¿Tú que opinas?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Poesía, poesía....poesía....bellísimo...un beso de azpeitia
ResponderEliminarGracias gracias gracias...
ResponderEliminarNo sé qué decir--- me abrumas Az-
Besos.
No hallo explicación halagüeña
ResponderEliminara mí destino intermitente,
mi vanidad me conducía
hacia inauditos heroísmos:
pescar debajo de la arena,
hacer agujeros en el aire,
comerme todas las campanas.
Y sin embargo hice poco
o no hice nada sin embargo,
sino entrar por una guitarra
y salir cantando con ella.
Pablo
Hola pablo, bueno no sé quien eres, a no ser que seas pablo Montero, mi amigo argentino, si es así me alegro mucho de verte por aquí, sino lo eres pues gracias por venir y también me alegro.
ResponderEliminarhas hecho un poema de tu comentario, es muy lindo, gracias.
Un abrazo.
Quién eres Pablo?
ResponderEliminarMe lo dirás?
:)