Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

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Corramos... Hay que salvar el planeta.

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La Tierra

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lunes, 17 de noviembre de 2008

Isabel2

Legué a casa después del fin de semana fuera, dejé mis cosas en el salón sin deshacer y bajé al segundo piso, llamé a la puerta B tres veces seguidas como es nuestra señal, tardó un rato en abrir, pero lo hizo y su cara se iluminó de pronto, aunque parecía cansada, su mirada me pareció distinta.

- Hola niña qué alegría de verte, celebro que ya estés de vuelta, te he extrañado.
- Hola Isabel, en cuánto he llegado he bajado, ¿necesitas algo? ¿has cenado?
- Si niña ya cené, no te preocupes por mi
- Bueno pues ya deberías ir a reposar, te he traído caldo que preparó mi madre muy bueno,te lo caliento y te acompaño un rato- nos fuimos a la cocina y ella se colocó a mi lado mientras yo calentaba el caldo.

Yo la miraba de vez en cuando, parecía tener la expresión algo trastornada, era como una alteración que sufre la gente mayor cuando está sola y asustada, ella nunca me habla de eso, y sé que hace un gran esfuerzo, Isabel es la discreción en persona, su sentido de la prudencia me asombra.
Pero esta noche parece que le pasara algo extraño, está distinta, su paso es lento y su mirada se le pierde donde Dios sabe y yo no. De repente se me ha quedado mirando, tiene el rostro algo pálido, sus ojos desprende el afecto de siempre, una ternura que me hace emocionarme, natural y con la dosis exacta y una tranquilidad de espíritu que le envidio, me hubiera gustado compartir su paz interior, hacerme partícipe de ella, yo, que llevo semanas algo alterada y estresada, llena de preguntas e interrogantes, entonces calmada y triste sonó su voz a mi lado:
- Niña, eres una chica generosa, que me acompaña en los momentos duros, al principio de quedarme sola, cuando Pablito se casó y se marchó, me sentía asustada sin su presencia, pero ahora ya no la necesito.
La miré con cierto reproche en la mirada como quien le dice- vamos Isabel no seas mentirosilla, porqué te empeñas en aparentar ser fuerte- pero no se lo dije- ella seguía diciendo:
- Si me hubiera ido con mi hijo y su esposa, seguramente habría sido un obstáculo en su camino, al igual que ahora lo soy en el tuyo, me siento agradecida y mal porque no quiero ser una carga para ti niña.
-Vamos Isabel por favor tómate el caldo y no desvaríes eh, tú no me das ningún trabajo por lo tanto no eres un obstáculo, sabes que me gusta hablar contigo y me siento muy bien con mi vecina preferida. Ni lo pienses.
- Sabes niña eres la reina de la intuición, sabes cuando tienes que retirarte y cuando me es necesaria tu presencia, creo que no te valoras como mereces.
Me emocionaron sus palabras pero sólo dejé que notara mi sonrisa, veía por mí misma como ella era tan observadora como yo.
Entonces cuando acabó el caldo que se tomó entero, se levantó y la acompañé a la habitación, la ayudé a desvestirse y la metí en la cama, le deseé buenas noches y le di un beso.
Me quedé con una de sus llaves por si la necesitaba, y me fui hacia el tercero, confieso que me fui algo asustada, temí ser el centro de su espacio pues pensaba que eso le podría hacer daño, pensaba que si algún día tenía que irse con Pablo, me echaría en falta, a las personas mayores les cuesta desprenderse del momento que viven presente y empezar de nuevo, les asusta cambiar.
Yo sé que ella cuando estoy cerca se siente bien y cuando falto me extraña y se siente sola, es agradable sentirse el centro del mundo de alguien, pero yo no sabía si estaba obrando bien aunque me saliera del corazón.
Me duche y me metí en la cama, entonces abrí las puertas del armario de mi mente, tenía que adentrarme en él y en sus profundidades y temores, me invadió una sensación de prisa y una inquietud en el estómago, no me sentía preparada para tomar una decisión, debería llamar a pablo, aunque por otro lado me sentía traidora haciendo algo que ella no quería hacer.
Necesitaba un círculo de luz en la parcela de mi jardín… el sueño empezó a invadirme, las preguntas y las dudas se quedaron en un rincón de mi mente, sólo dormirían, al otro día tendrían la ocasión de aparecer… mañana, llamaría a pablo para hablarle de Isabel.

2 comentarios:

  1. ~~~~
    Hola Carolina,

    Tienes un corazón del tamaño del mundo.
    El afecto y la amistad de los demás, también le da aliento a nuestro corazón.
    Un día también podemos tener necesidad de similares afectos.

    Beso, ojos verdes con gran corazón!

    ~~~~

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  2. Gracias Tav.
    Tienes razón, todos necesitamos de afecto.
    otro beso para tí capitan.

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Huellas.