Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

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Corramos... Hay que salvar el planeta.

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La Tierra

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viernes, 12 de diciembre de 2008

Veldino y Bobo.

Aquella noche salí al jardín muy tarde, en la casa hacía rato que todos dormían, yo estaba apoyada en los hierros de la gran verja del jardín, tan negros como la noche negra, se confundían con la sombra, me parecía que podría traspasarlos y volar, traspasar ese negro y posarme en otro lugar, olía intensamente a jazmín.
En el instante que me agachaba para coger una flor, giré la cabeza y vi como se abría la enorme puerta de cristales oscuros sobre la blanca terraza, me quedé con la mano colgada en el justo momento de cortar una rosa, como si fuera robada, por los escalones inmensos y blancos oí a Beldino mi fiel perro, bajaba aullando desesperado echando una descomunal bronca, como si me hubiera buscado por toda la casa o se hubiera imaginado lo que estaba pensando, traspasar los barrotes en la madrugada. Qué sabio era mi perro.
De repente el crujido de las ramas del siempre verde, y otras flores rompieron la escena, provocando el olor a nereidas al moverse con el aire y unos ojos luminosos como dos puntos de luz fijos y persistentes, localizaron mi cara, los ojos de mi gato Bobo, arriba la luna de plata derramaba su zumo de luz sobre mi pelo y el gato y el perro se fueron acercando a mis manos cuando las extendí para volver a la casa, fue entonces cuando les regañé y les dije: es que no tengo bastante con mis padres y mis dos hermanos mayores que también vosotros traidores me controláis, privándome de mi libertad, anda vamos que menuda me ha caído con el perro y el gato…
Me volví un instante y levanté los ojos a las copas de los árboles, la luna al moverse lentamente dejaba ver la consistencia de un verde durísimo y en el cielo las estrellas, de abundantes, se montaban unas juntas a otras, el suelo aparecía ya mojado con el rocío de la noche, me quedé absorta no sé en qué pensamientos enredada cuando mi perro soltó un gruñido y el gato envidioso maulló, los tres entonces pasamos dentro y cerramos la puerta, una noche para dejarla… por ejemplo aquí puesta.

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