Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

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Corramos... Hay que salvar el planeta.

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La Tierra

La Tierra
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lunes, 9 de febrero de 2009

Sobre el suelo y el Cielo.



Me he tendido sobre el suelo. Mi mirada se ha extendido sobre ese horizonte de cielo que me observa tan serenamente como yo a él.
Pareciera que el corazón de la tierra fuera a estallar ebrio de grises, azulados y blancos que se desvanecen extasiados por el aire.

¿Quién me abre la puerta de ese espacio?
Me siento como un huésped morando en ese templo, me invade el sentimiento profundo que es el anhelo del mundo.
No puedo, no puedo hacer frente a esa serena mirada que se me antoja como unas manos que se aferrasen a mi cuerpo, siento la fuerza de mi corazón, que intenta romper sus límites y colarse dentro.

Y no puedo dejar de mirar allá en lo alto, me siento como esa flor que solo dispone de unas horas para escuchar el zumbido del Universo y que luego aparta sus ojos de ese cielo para inclinar la cabeza y entregarme suspirando a la tierra, sin una queja.

De la bóveda caen silenciosos besos sobre mi cuerpo, cada uno escoge un lecho para morir, en mi pelo, en mis manos, en mi pecho…y duermo. De pronto veo a la luna aun escondida, que se inclina hacia el oriente para espiar mi frágil figura, como si quisiera verme; la bruma como el amor, se posa en el corazón de las colinas y en mi corazón, arrancándonos sorprendentes melodías de hermosura.

El aire cargado de perfumes se hace voz en el canto de los vientos y me incorporo con una sonrisa en los labios, como la que luce por la mañana, la luna nueva, las nubes aguardan humildemente en un rincón ladeando la montaña, para coronarla de esplendor cuando llegue la mañana.

Los blancos, grises y azulados se estrellan en mi frente, miré en torno a mí y vi la vieja tierra de siempre.

Tuve el cielo tan cerca de mis manos…que por un instante, me olvidé que no lo había alcanzado.

1 comentario:

Huellas.