Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

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Corramos... Hay que salvar el planeta.

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La Tierra

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lunes, 23 de marzo de 2009

Al Anochecer.


Al anochecer me he acercado a tu casa, esa casa tan grata a mi mirada y observando las terapias que hay en ella para el alma, me he recostado en tu espalda, y me he sorprendido porque en mi cansancio, casi me quedo dormida sobre ella como una niña confiada, a ti no te ha sorprendido porque no me has advertido, y yo, más que un sueño, quería hacer eterno ese instante contigo, la noche avanza y me traslado a mi cama, quisiera que al volver siguieras estando allí.
Mi mano se ha convertido en una mariposa que después de volar a tu cara arrebatándote una caricia tierna, se ha quedado quieta y cerrada, guardándola como un tesoro de luz dorada.
Quizá un beso tuyo me ha despertado, me han rozado levemente unos labios, y yo dormida he sentido al caballero que aparece en mis sueños, sin saber quien me rozaba los labios, mientras yo bailaba ligera entre paisajes nublados y violetas.
A media noche un trozo de viento ha entrado por mi ventana ligeramente entornada, su brizna de brisa fresca, se ha ido abriendo caminos hasta mi corazón y ha despertado mi cuerpo conservando las sensaciones a esta parte de la realidad.

Es entonces cuando temo que no seas solo el caballero de mis sueños literarios, sino que apareces en mis calles, en mis gentes, y busco tu mano para pasear antes de que te vayas para atar tu historia a mi sueño y subirme a tus nubecitas llenas de ideales y miradas distintas, en esa escala de sentimientos diversos que hacen vivir, tendiendo un puente supongo que en sitios varios y desde luego hasta aquí.

Quizá después en una de esas noches de letras que ambos conocemos, repletas de sueños dormidos, en cada uno de nuestros pensamientos que se abren en cada resquicio, que tiembla en nuestros ojos, pensemos que estamos uno frente al otro en medio de esa charla que soñamos, desde que nuestros pensamientos se encontraron, a pesar de que sabemos que no podemos enlazarlos en un mismo vuelo, cuando sabemos que viajamos en distintos cielos.

4 comentarios:

  1. Qué bonita manera de percibir el latido lejano, y acercar un poco el corazón para llenar de ternura el horizonte, y confrontar un sueño que aunque diferente es dulcemente bello.

    Besos

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  2. Cuantas cosas, al anochecer.
    Bello, amiga.

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  3. ¡Jo! No sé que comentar. Me he quedado en blanco. ¿Sabor…? A distancias… a presencias no presentidas… Me arriesgo con una reflexión que no sé si viene al caso. Tu sabrás si quieres que aparezca en tu post.

    Es delicioso el contacto, especialmente el del tacto. Pero no cualquier contacto, el contacto de la caricia… El de la caricia con la mano, el del acercamiento de los cuerpos invadiendo ese espacio que se torna intimidad y que solo cedemos a quien amamos. Y también la caricia de la mirada, esa mirada dulcemente amorosa que nos arropa con calidez. ¡Y que decir de la caricia de la voz…! Esa voz cargada de cariño que nos desarma y nos hace entregarnos rendidos… Todo es una celebración cuando se produce ese acercamiento deseado y se entrega uno vencido y desarmado… Y cuando se ama, merece la pena aunque a uno le espere la muerte…

    Pero ¿sabes Cinta? Cada vez pienso más que, en esta vida de renuncias, de decisiones forzadas, de limitaciones artificiales y de distancias reales o imaginadas, sería bello aceptar lo que cada cual siente y aprender a vivir con ello, sin renuncias… ni afrentas… ni, por supuesto, afrentas. Porque si lo importante es sentir –más aún que ser sentido- y tener un sentimiento bello ¿por qué no dejar que baste, en lugar de cuestionar su viabilidad?

    Creo que no hay limitaciones ni barreras al sentimiento, cuando el sentimiento es noble y es bello. Y si lo importante es cobijar un sentimiento así, la alegría debería ser nuestro estado natural. El buen querer –el buen amor- debería ser siempre un motivo de sana alegría, aún en las circunstancias más difíciles. Y creo que el cariño profundo y sincero permanece eternamente vivo en el corazón de quien lo siente, a pesar de las ausencias, de las distancias y de las circunstancias de la vida.

    Pero, ciertamente, es tan difícil no poder fundirse en un afectuoso abrazo… que amar hiere… y desespera... y, poco a poco, vence... y uno siente que se le escapa la vida en un sin vivir... y la desesperación se alterna con la resignación... y paro que no sé si me terminaré arrepintiendo de lo que he dicho...

    Corto y cierro…

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  4. Hola Suri.
    Bueno en parte tienes razón, pero yo no me limito ni reprimo nada, es todo mucho más sencillo, solo es escribir, lo que siento en cada momento, no tienes más misterio, no me limitan mis escritos, sencillamente escribo lo que me sale y nada más, me guío por el sentimiento y no tengo dentro nada que tenga reprimido.
    No sé que más decirte, solo que me gustan mucho tus comentarios de los que siempre me dejan algo y me enseñan, tosos los días se aprende algo de los demás, bueno y malo, después uno se queda con lo mejor.
    Un beso.

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