A veces ahueco el sentimiento
pecho adentro
y hago inventario,
riego las raíces, arranco los rastrojos
y arrojo fuera el miedo,
para seguir cantándole al amor
y me crezca sano y fuerte el corazón,
crepitando de luces como un astro.
Es bueno repasar los surcos internos
de vez en cuando,
por si acaso pierdo el paso
y así crecerme en la dicha de estar viva,
amontonando las razones y motivos
por los que vivo.
Esos que me elevan sin medida
restaurándome el latido
y me guarda impetuosa,
la claridad que necesito.
Lo que no se ve también se cuida
es la esencia que mantiene la materia,
de qué me sirve tener el cuerpo sano
si tengo el interior,
lleno de abruptos y hierbajos.
Limpiar y regar el corazón
ese es el tema,
para no perder las flores y el aroma
arrancar las malas hierbas y la carcoma,
regar el interior de cosas buenas,
hace que luzca la belleza fuera… pues todo asoma.
Bueno, no sé si eso es un invento,
o le llaman inventario,
pero de vez en cuando,
es bueno hacerlo…
De vez en cuando no viene mal un poco de limpieza del jardin interior que tenemos.
ResponderEliminarY sí a veces esos surcos son profundos pero al final acaban cubriéndose.
Un besitoooooo y te dejo con tu limpieza.
"Repasar los surcos internos" es bueno, necesario y renovador.
ResponderEliminarEncontrarse con uno mismo y hacer el 'inventario' nos ayuda a 'reinventarnos' cuando debemos hacerlo ;)
Muy bellas tus letras..
besos ;)
Yo también soy amigo de los inventarios. Viajo con poca cosa, pero lo que llevo me ayuda a mantenerme en pie.
ResponderEliminarBesos, Karol.
A veces cuando hago inventarío de mi jardín, dejo algún hierbajo para que nunca se me olvide que he de cuidar las flores, o si no llegarán a ser eso...malas hierbas. Un poco de agua con sonrisas y abono de amor, hacen el resto.
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