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La Tierra

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domingo, 20 de septiembre de 2009

A la orilla del Mar.


Ricardo Felipe _ y Karol_a. Nueva Versión.

Ella nunca estuvo, pero él siempre mantuvo su puerta abierta.

Con la punta del último beso imaginado y al filo de labios, él ha escrito unos versos, coloreados con la acuarela de unas promesas que nunca existieron… Y dibuja su soledad…

Prendiendo los colores al recuerdo de lo que no se llevó.

Le falta voluntad para no quererla, tanto amor le subleva el corazón…

Él piensa que ella le robó el mar y se lo llevó prendido en sus ojos y que a sus orillas se ancló su tiempo, esperando sin descanso, navegar por las aguas calmas de su mirada.

Pero no, nunca se echó a la mar, no tuvo el barco de la oportunidad.

Y así, como nunca la vio llegar,
tampoco la vio partir.

En la espera dibujó su corazón partido sobre la arena, abandonado por la voluntad de quererla olvidar.

Él estuvo convencido de que durante mucho tiempo, guardó aquél sentimiento enamorado y se dejó ser feliz guardándolo, hasta que ella se llevó el mar… y sintió el hachazo, se sintió extraño, sin poderla mirar y sufrió necesidad.

Una llama en el pecho le quema por dentro y busca consuelo en ese mar que ella se llevó… escondido en sus ojos.

6 comentarios:

  1. Cuantos mares más terminarán queriendo robar, pero no, el inmenso azúl está ahí, esperando, para que el único fuego salga de nuestro interior, y lo más parecido a una llama, sea el color que deje el sol al anochecer....

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  2. Querida Karol, yo dibujo fantasmas con mis propias acuarelas invisibles...

    Gracias por estar.

    Besos.

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  3. ¡Cuánta belleza, Cinta (disculpa que no me acostumbre a nombrarte con guión bajo)! Una historia tan bella como triste: ese extenso mar me sabe a inmensa pena. ¡Pero tan sumamente bello...!

    Pienso (si es que pienso) que cuando uno no se opone a la vida, la vida es como la naturaleza: crea un mundo salvaje, duro, pero lleno de belleza y heroísmo, mágico... Un mundo donde al final todo encuentra su sitio, donde las asperezas terminan siendo erosionadas por los elementos. Un mundo digno de ser habitado y una vida merecedora de ser vivida. Al final, cada río encuentra su cauce hacia el mar.

    Gracias por la belleza de tu escrito y por la oportunidad que nos das de disfrutar de este inmenso placer que es leerte.

    Un gran abrazo, querida amiga.

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  4. Gracias a todos por acudir a leerme.
    El mérito es de mi amigo Ricardo he escrito sobre una historia de él con mis pinceladas particulares.
    Un abrazo.

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  5. Enorme mi gratitud amiga del alma, gracias por darle pinceladas mágicas a mis letras empeñosas en querer gritar tanto, tanto amor, como siempre tu talento sigue vivo iluminando de palabras hermosas tu hermoso espacio.

    Un abrazo,
    Ricardo Felipe

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  6. Hola Ricardo amigo mío, gracias a ti. Ven cuando quieras, un beso.

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Huellas.