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La Tierra

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domingo, 9 de mayo de 2010

María al descubierto_historias contadas.


Cuando pasa por las mesas siempre ofrece leerte la mano, es una mujer mayor de cuerpo menudo y la mirada más triste del mundo, tiene buenas maneras y es bastante dulce, más que su historia, seguramente.
Se pasea por las calles del centro, y a veces se sienta en las mesas con la gente que se ha acostumbrado a ella, te sonríe sin perder su tristeza, fuma un cigarro y en su humo pierde la noción y parece perderse en el tiempo, sus ojos quedan fijos y empiezan a perder el veneno de la vida, la tristeza, se endulzan, y brillan …
Ese veneno que siente el poeta, la angustia, el vértigo que ve en los otros sin que a veces ni siquiera sea mostrado, como si en vez de estar fuera, estuviera dentro, y sobre las páginas cae vencido por las palabras, como una lluvia sin nubes que cae hacia el borde… lluvia llena de contenido que trenza los paisajes…
Ella es entonces por unos instantes como ese poeta que mira por una ventana buscando los sueños, y María dice más mientras más calla, como una hacedora de versos, porque se llama María a quien un día le vino una lluvia de piedras dejándola herida.

5 comentarios:

  1. María cuenta y cuenta... A veces cuenta sin saber lo que cuenta, deslizándose como un río sin preguntarse por el cauce. Pero otras -supongo- entiende sin entender, como si la vida fuera puro presentimiento, como si la existencia vivida fuera la antesala de otras realidades perdidas en el confín de los tiempos.

    María teje sin tejer, entiende sin querer, y se pregunta si no sería mejor mirar sin ver. La esencia vital contenida en el humo de un cigarrillo...

    Si te digo la verdad, Carol, a veces abres puertas en las que me pierdo. Y, sin embargo, son puertas por donde puedo deambular libre y, al final, descubrir una parte de lo que es la vida, de lo que eres tú o de lo que soy yo.

    Gracias por ello. Y un gran abrazo cargado de admiración y cariño.

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  2. Hola Emilio, gracias por tus visitas continuas y tus bellos comentarios, me alegro que te deslices por mis letras y entiendo que te pierdas, a mi me ocurre también en las letras de otros, incluídas las tuyas, pero sabes? creo que eso nos ocurre cuando nos empeñamos en poner a la autor-a de protagonistas en ellas, siempre hay que prevenir que son historias que contamos del día a día de nosotros mismos y en mi caso de otras personas, que yo suelo hacer mucho, escribir de la calle que siempre me ha gustado tanto.
    Un abrazo mi querido amigo.

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  3. un placer haberte leido , me encanto , un besazo preciosa

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  4. Uffff, por un instante pense que te referias a maria magdalena..
    Un abrazo grande!

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  5. Vaya Valentín, nada más lejos en el relato, me acucia la curiosidad en qué se pueden parecer ambas Marías, yo creo que en nada, pero tú me dirás, a veces me sorprendo de cómo se distorsionan los escritos en las mentes que los leen, eso indica que cada uno es un mundo ¡Tan distinto, y la mente tan compleja y la imaginación tan extensa!
    Gracias por venir, un beso.

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