Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

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Corramos... Hay que salvar el planeta.

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La Tierra

La Tierra
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martes, 17 de enero de 2012

Sin ti Contigo



No sé cuando comencé a quererte
no fue ese día que me precipité en tus brazos -nunca lo hice-
porque seguramente me hubiera paralizado el miedo
como lo hace siempre,
sintiéndome tan pequeña
como un gorrión que abre sus alas temblando.
Podría haber sido en esa ocasión
que me subí extendida por los páramos de tu mirada
con hambre de tus ojos,
ese lugar que  refleja la vida nueva en otros ojos...
o en ese instante en  que mis letras se dieron a ti y sorprendida,
tuve que mirarme a ojos cerrados.
No fue tu rostro, ni fueron tus manos,
esa herramienta tan útil que utilizas
desmembrando sentimientos,
fue tu alma que engalanada y blanca
empapa mi fragilidad de todas las magias.
Tardé un tiempo en seguir tu pensamiento,
tú ya estabas allí y para mí,
era más fácil  seguir agarrada a mi coraza,
la que me viste cada mañana para evitar
que nadie me turbe el alma-pura desconfianza-
quizá fue un día que me descargué de sueños
y me abandoné solitaria como una caracola abandonada
en la resaca de la playa,
y en sus orillas, fuera de mi, senté a mi alma.
La que siempre escapa cuando percibe sonidos iguales,
consecuencias lógicas o colores complementarios...
No sé desde cuando
pero aquí estoy en pugna con mis sueños, haciéndome la sorda
a la llamada que tumba el muro de mi estabilidad.
Aquí estoy en este instante pasando los dedos sobre los árboles
del parque y en aquél banco me he sentado a quererte.
Si busco el olvido,
puedo dejarlo todo vacío y si me necesitas,
puedes acogerte a mi regazo sin pedirme nada a cambio.
Siempre miro una razón sin temor al dolor,
y es mi libertad el tesoro escondido
que me impide pasarme
la vida entera, Contigo...

jueves, 12 de enero de 2012

Y es que...

... a veces en este mundo me siento extraña
soy muchas veces como la tarde de invierno
que pronta, la noche halla
 buscando siempre la mañana...
y otras soy como un árbol 
alzando al cielo sus ramas 
buscando el sitio exacto
donde abrigar su alma.
Yo sé, que a veces huyo cuando el amor me llama
y escondo sus caricias 
entre las plumas de mis alas
y me hago sorda al inmenso grito
sin medida que su voz susurra en mis oídos...


Lo sé...
porque sé también que soy un alma libre
dueña del tiempo que respiro, si respira,
la libertad me priva del tiempo que te guardo
sabiendo que me habitas...


Yo sé...
que algunas veces me siento perdida ,
en medio de la tarde derramada,
será que el tiempo...
no quiso todavía... 
que tu voz, fuera el abrigo de mi alma.