Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Corramos... Hay que salvar el planeta.

Corramos... Hay que salvar el planeta.

La Tierra

La Tierra
.

martes, 30 de marzo de 2010

Y Giramos.



Me gustó conocerte.
Andábamos como el perro y el gato
buscando un punto de encuentro.
Creo pensar que lo encontramos en alguna parte,
ya no andamos en la misma urbe,
pero aún así nos pensamos.
Es como si el recuerdo pudiera repetir
lo que no existe,
de tal modo que pudiera
seguir existiendo siempre.
Quizá llevas mi piel en tu cartera,
y yo lleve tus rosas en mi cadera...
y caen
al fondo,
donde sólo es real
el olvido...

Hoy somos libres y giramos,
mañana recordamos un rostro,
un abrazo, unos labios... y nos vamos,
girando en las veletas,
como el polen sobre las Dalias,
volando en los giros de la luz, de las luciérnagas...

jueves, 25 de marzo de 2010

Levántate y Anda...


Llega una nube de luz y de polvo en la lejanía, resopla de impaciencia,

y yo, cubierta , incrustada toda, no supe cerrar los ojos... me deja ciega...

Una nube de polvo, fue tomando forma y era la mía... como pudo colarse tan adentro de mis ojos abiertos pero aún ciegos.
Llegó al ingenuo pairo de mi vida como una estación entra en la tierra, cambiándolo todo, alimentando los surcos del amor primero, y en un otoño difuso hizo de mi piel un horizonte...nube de polvo soñador que invoca con su danza el latir de mi alma, en la que te incrustaras-tanto "pa nada", porque la muerte es polvo, se hace suave y se va, al compás de unos ojos...y ausente me tenías a mí y al miedo en que me dejaste presa...

Y aún algunas veces, siento que me araña-menos mal que el tiempo pasa, aunque no para ti, que te quedaste en aquél mes de Julio, y guardaste tu estampa tal como yo la guardara, la misma de ayer, la misma de hoy y de mañana, aunque tiempo eterno pasara, la juventud, la muerte es la única que la embalsama...

Aún algunas veces, me rompe la piel, me hace llorar, gritar y huirte, pero hay momentos que no me dejas, me tiñes los labios de julio verano, con tu cara dormida y niños tus rasgos, y me siento tan ciega como la vez aquella que no fuiste Lázaro, y yo, deseé ser dios y decirte levántate y anda... de aquél negro asfalto donde quedó tu cara para siempre dibujada...

Fui Lázaro yo... Después... y Dios, sin aparecer...

miércoles, 24 de marzo de 2010

Te debo una... o eran tres...



Ella pasó y al ser mirada, lo miró, ambos inventaron la mirada, como si nunca antes la hubiera habido, y no la hubo, la anterior se borró. Así más de un mes, todas las mañanas, sin más que eso, una mirada …
La calle a esa hora huele ya a azahar tempranero con el ahínco de abrirse en flor cuando está amaneciendo, el aire de primavera juega con mi pañuelo y justo en la otra calle de frente, una mirada me dice hola y hasta luego.
Una comunicación muda se establece entre ambos, Ella al cabo de unos cuántos segundos retrocedió luego se volvió y comenzó a andar hacia su coche, intentó volver la cabeza pero no pudo, en ese momento justo abrió los ojos y vio como lo multaba un policía local que estaba de espaldas.
No puede ser, pero si he tardado nada.
Anda mira pero si eres tú, bueno tú sabrás, a los amigos no se les multa- carcajada-
Ah siempre estáis donde no es y cuando es no aparecéis y tú siempre me pillas, parece que me has atado un cascabel a la maquinita-más carcajadas-
Bueno está bien, la pagaré, si es lo que me obligas a hacer
Pero para que gastas papel si sé que la vas a romper, uf una multa por culpa de una mirada.
Anda vete y quita el coche, la próxima vez …
Siii, gracias .
Como graciassss, me debes una
Y al irse antes de que su amigo el policía paciente, pudiera responderle,
Ella susurra : Una dices … pero si ya son tres … gracias otra vez.

lunes, 22 de marzo de 2010

La Buhardilla


Todas las tardes cuando la ciudad se adormece y además llueve, ella busca refugio en la buhardilla, atraviesa el jardín y acude al calor de aquellas paredes, lo cruza en un vuelo, como si la empujaran todos los vientos y se colaran los aires por los zapatos hasta sus talones.

Allí se siente cómoda, escribe, trabaja, mira por la ventana, recuerda, piensa, se abstrae y de repente... recuerda que esta noche tiene allí una fiestecita, una reunión con sus mejores amigos /as... esos momentos entrañables en que dejamos escapar las risas, hechos de vida y de verdades.

Tuvo poco tiempo pero se puso los zapatos y aún había aire...

Fue estupendo, muy divertido, la existencia en esos momentos es como una fuente llena de sorpresas, hacía tiempo que no lo pasaba tan bien, a veces después de estresarte, sin tiempo ni para lamentarte, abandonas todo lo demás, y hay que darle un aviso al estado emocional o más bien un grito, reír, charlar, comentar, frivolizar, recibir y entregar el cariño de los tuyos, en este caso "llaménse amigos", que sobre el de la familia en otra ocasión será....

Hay momentos que parece todo diferente, y es cuando te apetece detener el universo, cuando florecen todos los jardines del mundo con unas cuantas sonrisas...

Allí estaba Ana, Julia, Mary, Carmen, Sara, y unas cuantas más, estaba Manuel, Paco, José mari, Marco, Alvaro, y otros pocos más... y allí estaba Jadír, como no, imposible pensar que pudiera faltar, la observaba y al verla contenta, su sonrisa brillaba, no sé que artimaña buena lleva Jadír, que consigue una superposición de estados de ánimos, una suma de emociones que se viven como un hecho natural ¡este Jadir es genial!.
Es un libro abierto (hace tiempo que viene observándolo) sus ojos profundos de miel diluída, como un ámbar, reflejan lo que llevan(y hoy lo va a comprobar), él es de pocas palabras, habla más con sus silencios, miradas llenas en soledad, como si estuviera solo mientras lo mira todo... utiliza ese río amarillo que fluye de sus ojos en corrientes del alma...y eso para ella, es hablar.

Solo un mechón suelto de su cabello, a veces le cae sobre la frente proyectando sus sombras, Jadir no tiene de eso... generalmente...

Sus ojos saben transmitir la alegría con fuerza y la tristeza con crudeza...

Sus labios son marcos agradables de trozos de paciencia...

Su sonrisa es armonía, aún estando triste...

Sus manos son cálidas, pero a veces cuando las extiende, ella siente que tiemblan como si fueran pájaros...

Con un estremecimiento sutil, que denotan las ansias de volar y engarzarla a sus alas...

Y a la vez, una evidente necesidad de mantener la calma...

Tiene datos observados, no le queda mucho por comprobar...




miércoles, 17 de marzo de 2010

Para un amigo


Sopla el viento del desamor, como un réquiem para los acabados.

Le temes, su son es como el soplo de cristal que corta la ilusión cuando viste de azul las autopistas del cielo.

Viento que hace la soledad más afilada y el recuerdo más turbio, como una venda negra de verdugo sobre la más inocente de las ilusiones, viento desnudo que se arrastra obsceno, descoyuntado, sobre las fachadas blancas calentadas por el sol de antaño...

Se abraza a ti torciéndote imposible, te seca la garganta y perfora tus oídos buscando algo que estrangular, arranca a su paso pétalos de flores de tus manos, que hacen marejada un subir de lágrimas y que al cuerpo hace estremecer como una herida aún abierta.

Demasiado débil el ser, para soportar los vientos de los desenamorados.

Porque aún te duele recordar tus labios en sus labios de prisma, enganchada a los anzuelos de cristal que penden del cielo de su boca, a sus manos, que te cubrieron de hiedra morada del filo de sus uñas... a sus pechos, dos cuchillas sin vértices que fueron a encerrarse en la jaula de tus costillas, a sus dos largas piernas (autopistas de tu pena) que como tentáculos te despedazaron el lado izquierdo del pecho disputándose los pedazos...

Hace tiempo que ha sorbido tus defensas.

Pero ya no es lo mismo, ya no eres suyo, y ya no extiendes la mano implorando que la acune allí en ese lugar donde se pierde el sentido, ya no hay luna que brille en la noche y la vuelve suspiro, y no buscas su rostro en los rostros de otros...

El viento sopla ya vencido cada vez con menos fuerza y tú puedes mirar un más allá que llene lo que antes rebosara , más allá, allí donde rebosa la esperanza, ánimo.

martes, 16 de marzo de 2010

Así Te Quiero Amar



Como esa noche que se pierde
Como una brisa suave del mar
Como la lluvia que moja lenta y fresca
Así te quiero amar.
Como el viento abriendo sus alas
Como una ola que escapa y retorna
Como un sol que se pierde en la tarde
Para luego volver a brillar
Así te quiero amar.
Como los rayos de luz que iluminan mi cara
al llegar la hora pronta de la mañana
Como las hojas que caen en otoño
Así de natural…como soy yo
Tal cual…así te quiero amar.

Sale el Sol


Hace tres días que salió el sol en mi ciudad después de tres meses sin aparecer, algo raro en esta región. Hoy hace un día soleado, el cielo está azul y sólo algunas nubes blancas transitan por él, aunque traigan ese frío que aún no quiere abandonarnos…
Me apeteció irme a la casona de mi abuela y dejarle una mirada.
Cuando llegué al pinar aparqué el coche para ir caminando y entré en él, por su espesura y desde su altura, se colaban hileras de luces divinas, seguí el sendero hasta llegar a la puerta de hierro y rejas, saqué la llave y me sumergí en él, me quedé sorprendida, las luces del pinar se prologan como hilos dorados por el patio, brillan los verdes de las plantas y los colores beige y marrones se posan ya apenas salpicados en los árboles, nada deshace ni rompe la próxima entrada de la primavera, reina una calma sin contratiempos en una existencia tranquila donde todo se percibe con la misma nitidez de las nubes blancas del cielo sobre el patio.
El día trae aires de proeza…
“Proeza”, palabra que me hace pensar en otra… “fuerza”… encuentro entre ellas bastante similitud… no sé si es la proeza la que da la fuerza o es la fuerza que te llena de proeza… es como ese hilo dorado de las luces entre una palabra y otra, existe la adecuada continuación…
Yo creo que es fuerza y es proeza lo que se agradece en los tiempos en que la vida sufre una metamorfosis que te hace verla por un agujero, tanto en lo malo como en lo bueno, sentada bajo la lluvia o al sol de la mañana, a medida que llegan las sorpresas o los disgustos, crecen los brazos de tal manera que no sabes donde colocarlos y se acortan a medida que vas encontrando los remedios, y es entonces cuando te das cuenta que creces y que ya no eres tan insignificante, tienes fuerza y tienes proeza.
La fuerza que siempre ha habitado en un reducto de mi carácter crece en proporción al grado de los acontecimientos y aprendo como en los años de estudios aprendía de clase en clase, eso mejora la técnica para encajar las cosas, pero no reduce las sensaciones que produce. Tardas en reaccionar pero luego te sientes afortunada de haberlo vivido con cierta fuerza e inteligencia emocional y te das cuenta que sigues amando la vida a pesar de las faltas, de los palos, los reveses, de la tristeza…
El dolor no tiene sentido pero ahí está, el dolor verdadero es saber que ni siquiera él es eterno, que todo un día se va, que todo se pasa, a veces necesitas una llamada de atención, y yo la he tenido, de mi amigo trovador y de una persona de sabias palabras “Beat” gracias a ambos y a esas personas que cada día me cantan su cariño… ellas sabrán…
A veces los sabores inexplorados son los que te hacen amar la vida.
Va saliendo el sol y que salga por donde quiera, ya me he quitado el escudo protector que me ayudaba a construir mi propio universo sabiendo que éste, ya estaba hecho.

sábado, 13 de marzo de 2010

Mi paso


Dicen que los tiempos de Dios son perfectos... si tus tiempos no coinciden con los de otros, quiere decir que no eran para ti... Cada uno tiene su tiempo y su espacio en la vida de otros, a todos nos llega nuestro momento, aunque la vida sea corta y por ello mismo yo siempre vivo la vida como lo que es, corta y una, tan imprevisible-tanto- que es hoy y mañana no, busco su esencia y me apego a ella y la acepto como a los seres que amo.

Quiero atrapar su fondo y su intensidad para si puedo lograrlo dejar huella a mi paso, de forma que aunque me vaya, no puedan olvidarlo... aunque sean solo unos cuantos, esos a los que amo y que me aman tanto.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Dos manos cubriendo dos manos en un trazo en blanco...


María alarga la mirada sobre el horizonte, desaparece el radio de visión exterior, nada intercepta su vista, ofrece de pleno una panorámica interior y no hay obstáculos para que se abra camino, vuela su imaginación... no hay trabas para la contemplación...

María tiene fija la mirada en unas manos, unas manos largas de pianista pero en cambio son manos ásperas de artista, como las manos de quien cuida las rosas de un jardín o da forma a la arcilla,
se imagina su tacto...

No le importa, porque maría quiere sentir esas manos que la toman entera, que la acarician, que se abren camino, un tacto imaginado encendiéndole con rastros de ternura el corazón., y despertando su deseo...
María ha perdido la mirada de tan lejos, esas manos nunca le han puesto las manos encima y sin embargo... la impresión es tan cierta que podría explicarla con detalles, recrearse en los matices, sentir la certeza...

La respiración de maría tiene un ritmo intermitente como si todo ese horizonte lo hubiera recorrido a campo traviesa y el pulso le late con fuerza y unas manos se dibujan a lo lejos, mientras María se levanta despacio y se aleja de ese universo que tiene vedado, y camina despacio como de puntillas con el temor de romper el hechizo y descubrir a la vez la limitación del sueño... como un ritual, ese encuentro en el horizonte, tiene siempre ese punto parecido a la emoción de un encuentro, y María, del horizonte hacía un trazo en blanco donde dibujaba unas manos...el resto era dejarse llevar, soñar... y luego al caer la tarde se alejaba, y le pesaba el aliento...

María se aleja, siente su pecho anhelante,

aguas saladas la inundan

sube la marea,

hasta parir por sus ojos...

tras de las manos

en la última fila,

tímido y áspero

como esas manos,

se pierde el beso que intentamos,

y que imitamos... desde el horizonte lejano.







lunes, 8 de marzo de 2010

No sé que tengo...




Esta noche me roza la tristeza,
Me corre por las venas
Me sacude, me habita, me transita…
He parado el reloj
Y dejo que la luna se derrame en mi almohada
Nutriendo mi piel con silencios profundos,
Se enredan en mis dedos
Entran por mis ojos
Y se hacen dueños de mi yo,
Solo soy silencio… no sé que tengo…
Como hilo de seda recorre el pensamiento
Como aliento de espuma
Levanta su vuelo donde la luna
Envuelta de plata acecha mi inquietud
Mi sola compañera…
Que derrama en las fisuras,
Pizcas de amargura.
Qué tendré esta noche
Que paro los minutos
Tras el cristal vedado de mis ojos cerrados,
Muriéndose hacia dentro
Como un beso soñoliento en su largo trayecto…
Esta noche no sé que tengo…
que enajena mi pecho.
Tristeza, límpida luz
que en mis pupilas presa
embargas la mirada,
me quedo dormida en ti
con la sombra de la noche a mi espalda.

sábado, 6 de marzo de 2010

En el Parque el otro día...


Uno de estos días en el parque, mientras esperaba a una amiga para irnos al cine me llamó la atención una pareja de abuelos sentados en un banco, pensé que pasaban los 70 años, pero a mi se me ocurrió echarle imaginación y llevarlos a los 17, porque realmente era eso lo que parecían, dos adolescentes libres y felices de tenerse...

Se miraban bajo la tarde tácita, una hora suave entre las cinco y las séis de la tarde, aprovechándose las horas benignas en que caen las hojas para solearse mientras llega la hora de la merienda, entre los silencios en calma llenos de confianza de sentirse acompañados. Había confianza en sus ojos cuando se detenían en sus rostros, a veces no se miraban a la vez, se contemplaban a hurtadillas...

Hay imágenes que se quedan grabadas en el pensamiento y se quedan retenidas, como fotografías que no se hicieron pero que guardamos en el álbun interior de nuestra memoria, como las que recuerdo de mis abuelos, él con el pelo gris ceniza y ella con su pelo gris plata ... cuando en el jardín o en la terraza, en las tardes de otoño soleadas, jugaban a coger las hojas antes de llegar al suelo y ser parte de la alfombra otoñal, donde descansaban los bancos y las rosas, con los movimientos torpes de quienes padecen los años... siempre pensé que yo era afortunada por tenerlos...
Me quedé abstraída en algún lugar por donde ellos moraban y un grito "Despierta"  se apoderó de mis oídos, era mi amiga que venía tarde y con prisas...
Al pasar por delante de aquellos adolescentes me volví y les hice un giño con la mejor de todas mis sonrisas... ellos se miraron y y me miraron ambos... sonrieron...
En el trayecto pensaba que sensaciones nuevas y desconocidas embargan la recta final de la vida...
¿Cambia el interior igual que cambia el cuerpo, ese recipiente que nos contiene?
o se mantiene eterno, fuera del cuerpo... seremos otros, o quizá los mismos...


jueves, 4 de marzo de 2010

Volá , Volá

"Allí,

allí es donde puedo tocarte,

con los dedos del aire,

y millones de palabras

susurran en este silencio

para poder hablarte,

ponte las alas

y volá, volá conmigo ya,

Tenderé una alfombra rosada

en el paseo de la locura

y súbete a los labios descomunales

de mi ternura,

y nacerás cuando empieces a morir...

a mi espera pertenece tu nombre,

volá, volá, conmigo para siempre."



miércoles, 3 de marzo de 2010

Un día de Noviembre


Era un día reluciente de principio de Noviembre, esos días que llevan una placidez de hojas de otoño que comienzan el trayecto de las ramas al suelo, cuando las tardes se acortan y las noches se alargan. Yo estaba sola en una celebración de arte, y parecía estar buscando a alguien, estaba lleno de poetas, escritores, artistas varios... había sido invitada por alguien a quien ni siquiera había visto antes, sé que le conocía pero no tenía su imagen, en una de las mesas abandonadas por el ir y venir de la gente, sentado, había un chico, tenía la mirada huraña, de quien mira todo de un solo golpe, de pronto sus ojos encontraron mis ojos, se miraron nuestros ojos.

Mas tarde al sentarnos a la mesa un poquito retirados, no comía nada, solo miraba, parecía querer llevarse mis ojos a alguna parte… entonces le dije ¿no tiene hambre? Para ver si así, dejaba de mirarme.

Su respuesta fue de lo más original: “cuando alguien tiene el pensamiento cautivo, no siente el hambre” su mirar se fue achicando y sus ojos se tornaron aún más si cabe, negros como la noche.

De repente me vi en otro plano, sentada en una silla roja de terciopelo, los objetos y las personas se movían a un tiempo y me sentí aturdida, parecía que aquella silla me mantenía elevada observando el naufragio de los otros. Él estaba a la orilla de una playa. Me sacudí o me pellizqué y vi como nadie se percataba de todo aquello, todo el mundo se reía, comía, hablaba y él solo me miraba, sin poder apartar tampoco mi mirada. De pronto él, se levantó para marcharse y al pasar se acercó a mi oído y me dijo: Los días deberían siempre tener la tonalidad de tu cabello, la forma de tus labios, la intensidad de tus ojos, son como pájaros que vuelan, y que un día, espero no muy lejano, se pararán a oír mi corazón acelerado… buenas noches poeta extranjera.

lunes, 1 de marzo de 2010

La Rebeldía del Romanticismo..


En todos los tiempos se ha mantenido en la humanidad el interés por dos grandes temas: El amor y la muerte; aunque en tiempos atrás podrían haberse manifestado como dos grandes tabúes, estos, han ido incrementándose en la atención de los hombres y han ido tomando fuerza vital en su vida.

La muerte está presente en la vida como algo a lo que nunca te acostumbras pero que asumes con naturaleza, el amor, presente en cada paso que avanzamos, lo esperamos encontrar en cualquiera de sus formas.

El ser humano asocia amor y muerte, como dijo Goethe, el amor atrae al ser humano romántico, como una vía de conocimiento, sentimiento puro, fe en la vida y cima del arte y la belleza.

“La muerte de amor es vida, y la vida sin amor es muerte”; Sobre ellos, se encarna toda la rebeldía romántica.

Realmente hace falta valor y coraje para escribir sobre el amor y la muerte y hace falta tener un gran concepto de ambos para decir algo nuevo al respecto, no sé ni cómo me atrevo, pero no es nada nuevo... desde el inicio de los tiempos, pocas cosas han interesado al hombre más que el amor, sin embargo no somos capaces de definirlo y no se puede explicar a ciencia cierta, porqué se relaciona tanto con uno de los temas prohibidos de nuestro tiempo, la muerte, quizá sea porque el temor a la muerte se pacifica con el amor a la vida, nos adaptamos a la muerte por medio del amor, éste nos alienta a vivir siendo el motivo para hacerlo, sabiendo que al final del camino nos espera la muerte.

Morir es fácil, puede ser tan sencillo como tirarse por una ventana, pero vivir todos los días tratando de cumplir una ley de amor, es lo que hace al hombre vivir cotidianamente y olvidar a la muerte gracias al amor, por amor es capaz de hacer cualquier cosa, hasta enfrentar a la muerte riendo y cantando. Quizá por eso, ambos van tan unidos.

El amor es una fuerza tremenda que arrastra las cosas y las mantiene, y la muerte nunca acaba con el amor.” Oh tú, sólo la muerte podía arrancarte de mí; tú no puedes ser desgarrado de mí ni siquiera por la muerte" (Píramo y Tisbe).

Entre éste y ella, hay una afinidad espiritual, establece un vínculo fuerte, noble y puro, natural… ninguna circunstancia formal lo afecta y aquél que lo sabe no sufre, quizá por eso, el hombre cree en las historias de grandes amores, con finales de muerte… y los poetas, le pusieron la nota trágica y hermosa.

Romeo y Julieta, Los amantes de Teruel, Tristán e Isolda, y algunos pocos más, famosos, y los que no…

Dos temas universales indisolublemente enlazados al hombre, y objeto de profundas meditaciones desde que el mundo es mundo.

Amor y muerte surgen como un hito fundacional en los momentos en que la mano del alma alcanza a rozar lo absoluto; sumergirse en amor y muerte, en soledad esencial pero en comunión con otro, presente o ausente, es lo que en un principio hizo posible que existieran como fuentes y desenlaces de la vida. "Morir de amor", que es una de las formas de esta relación, puede darse como fruto de tocar lo paradisíaco, o como resultado de la tragedia del sueño amoroso. "Amar hasta la muerte", otra vertiente del arrojo del amor, conlleva la fuerza de vincular este absoluto a otra experiencia absoluta, de manera que alcance una sublimación con visos de eternidad. En el amor frustrado, la muerte es una redención en la que nos hundimos como esperanza. La muerte, transfigurada por el amor, es una vertiente de vida. De vida eterna. Así también, constituye una palabra dirigida a quienes viven, de que no teman a la experiencia que funda; que no la banalicen tampoco. La respuesta debe ser la veneración de la palabra, del verbo. "Estando ausente de ti/ ¿qué vida puedo tener,/sino muerte padecer/la mayor que nunca vi?" (San Juan de la Cruz, "Coplas del alma"). En su acepción original, el mito otorga sentido a la relación entre el amor y la muerte.

En realidad, el amor no está condenado a ser extinguido por el transcurso del tiempo, aunque su experiencia surge vinculada a una temporalidad, que generalmente es menos que lo que "resta de vida". Pero en ese a veces breve transcurrir, existe un vínculo que nos abre a lo perenne que es casi lo mismo que la verdad. Este es el descubrimiento esencial de los amantes cuando en un momento de éxtasis amoroso prometen amarse "hasta que la muerte nos separe". Es el momento breve y eterno que funda la relación entre amor y muerte. Después de todo/ nos volveremos a encontrar/ Después de todo hay tantas y tantas tierras… En otro lugar/ lejos de esta tierra y de su tiempo/ espero tu rostro/ en donde están todos los rostros que he amado" (Jorge Teillier, "Después de todo" esperan ver de nuevo los rostros que le inspiraron amor, después de la muerte, y esto no es que lo diga yo, está escrito y sabido en todos los tiempos.