Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

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Corramos... Hay que salvar el planeta.

Corramos... Hay que salvar el planeta.

La Tierra

La Tierra
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viernes, 29 de mayo de 2020

Paradoja Irónica

Dime si no es Poco.

Poco es un poco más que nada. Poco es como si algo tuviera sentido de algún retorcido modo. Poco es como si en las puertas de tu casa decido tomarme el café fuera, en el rellano, que poco va a quedar para lo que fue todo, y en este todo-nada de espejos, ser de madera y sentir en lo negro hachazos de tiempo irresuelto.
Poco es, escasamente.
Como si hubiera algo, sin haber rellano ni interruptor para dar luz al pasillo o una escalera que lleva directa a la calle, como si hubiera un telefonillo abajo en contacto con los amados, pero no, nadie siente las piernas para subir la escalera.
Es una situación incómoda, lo es por muchos motivos. Aunque no valga ninguno.
Hace la situación incómoda de todos modos.
No hay calles ni portales ni interruptores y ya no nos damos la mano, ni los pies, ni las bocas ni compartimos cigarros.
Pero si observas al mundo, parece que un submundo acaba de nacer. Acércate, echa un vistazo. Es lo que hemos creado.
Es poco lo que queda o mucho, según como se mire, es poco lo que viene ahí fuera, todo se tiño de transparencias- maldita la gracia. Y es mucho lo malo.
Pero con poco y empeño se puede crear un cielo- yo lo creo- con mis dos brazos aun ingenuos que pidieran Algo que fuera distinto, más justo y unido... ¡ Qué Paradoja! y ¡ Qué ironía !
Miremos al CONGRESO ESE BOCHORNO AJENO. Que hemos aguantado y aguantamos en el encierro. La vergüenza más ajena se llama  CAYETANA Y NI SIQUIERA ES DE ESPAÑA. ¿Porque no se larga y se lleva a CASADO Y SANTIAGO con su caballo y se pierden los tres por las largas llanuras de la PAMPA?

martes, 12 de mayo de 2020

MAÑANA ES MI CUMPLEAÑOS.

Mañana es mi cumpleaños.
Y solo me quedará recordar la forma en que lo celebraba, libre y elegida, como la forma de vivir mi vida, hasta que un 12 de Marzo, algo la amenazó, así como si nada, de un día para otro,  traidor y silencioso.
Me ha cambiado mis zapatos  por unas zapatillas, y eso que los zapatos a veces me molestan sobre todo los de tacón, pero estas zapatillas  tan asiduas... me desarbolan los píes cuando camino por el pasillo leyendo un libro, antes me gustaban, ahora cada vez menos.
No sé, y todo esto por algo que ni se ve, eso es lo peor que no sabes ni como ni de quien te puedes defender.

Cómo será el Después...

Ya ni zapatos ni zapatillas, ahora ando descalza por la casa, me da frescor y me alivia el trauma.
A veces cuando me infecto de tanta información y tanto anuncio de pena y dolor,  apago la tele y me fumo un cigarro en el balcón, anoche llovía a mares y allí a las dos de la mañana vi la lluvia el relámpago y la tormenta mientras pensaba que todo aún me parecía un mal sueño o una película de terror, o quizá que se estaban abriendo las puertas a un futuro incierto en todos los sentidos, o que cortinas pesadas caían sobre espaldas como fantasmas... a pesar del desconcierto y sabiendo que ya no será lo mismo, quisiera pensar que con un poco de suerte y de intención todo esto nos enseñe el valor real de todo lo que es vital y que vaya unido a la igualdad.
Esa es la aptitud, pensar y actuar con lo aprendido para que en los tiempos que nos esperan, que nos atrape a todos unidos y con las mismas libertades y derechos. Pero eso, será con un poco de suerte... o quizá otro sueño.
Ahora en la distancia, en el dolor, en la soledad, pensemos y si pensamos bien, no perderemos MÁS NADA. 
Y yo pienso bien porque de nuevo:

Yo quisiera sentir el olor a sal de mi Ría Colombina
Volver a dejarme acariciar por la brisa de la mañana
sentir el latido del calorcillo del mediodía
o el viento de las tardes que huelen a azahar 
dejando su aroma en las gotas de Rocío... de otra mañana. MAÑANA.
Pero mañana es mi cumpleaños y estaré confinada 
y lloverá de nuevo en mi balcón a las dos de la madrugada
y me fumaré un cigarro y pediré un deseo y brindaré con todos los confinados
Porque es mi cumpleaños.
Quizá otro año, porque no me apetece en este
perder el sentido común para celebrarlo.
Esperaré, esperar es ponerle semáforos al mundo, siempre se pone VERDE.


jueves, 7 de mayo de 2020

El Progreso que nos Mata, por Nuestra Irresponsabilidad.

Esta Pandemia que nos asola no será la única, me temo. Nos enfermamos porque hemos enfermado al planeta y sigue enfermo, podríamos plantearnos todo esto. Ya sabemos que la naturaleza es sabia y contó con el Homo Sapiens, quizá ya llegara el momento en que ella rete a este.
si no, solo tengamos que saber Que:
 El hombre ha necesitado siete mil años para pasar de 13 a 100 km. Por hora y apenas más de un siglo para pasar de 100 a 28.000 km./hora.
Desde que hace 5.000 años los egipcios se desplazaban en un camello a la velocidad de 13 km. / hora, hasta ese cohete (avión) americano (X15) que alcanza los 7.297 km./ h. o esos satélites que giran alrededor de la tierra a más de 28.000 km. / h.
El conjunto de esos conocimientos y descubrimientos y de aplicaciones prácticas ha dado un gran salto hacia delante.

Pero el progreso no es solo una evolución intelectual y técnica, creo que debe ser sobre todo, una evolución moral y esto es lo que más parece faltar a nuestra civilización.

Si no, ¿cómo es posible que, desde hace siglos, el hombre se las haya ingeniado para degradar y matar a esta naturaleza que lo rodea, lo protege y asegura su existencia?

Más de treinta mil especies de mamíferos, diecisiete mil de aves, seis mil de reptiles etc. etc.
Viven en nuestro planeta, donde existían mucho antes que el hombre, estos animales saben aprovechar todos los recursos de la naturaleza, los utilizan según sus necesidades, jamás cometen abusos, los utilizan incluso ayudándola, nadie ha intentando destruir nuestro hábitat, solo el último en aparecer, el representante de la especie de mamíferos que hace el nº treinta mil, ha tenido esta audacia y esta inconsciencia.

Apenas emergido de la masa de primates que poblaban la tierra, hace mucho más de dos millones de años (pero según dicen los entendidos en la materia había ya hace más 240.000  años que ya vivían en cuevas y hacían lanzas con punta de Silex) el hombre pasó de cuadrúpedo al de homos erectus, después pasó al homo sapiens, como lo han llamado los paleontólogos, de quienes yo me pregunto si son unos bromistas o unos inocentes.

Y ya en posesión de unos gramos de inteligencia, nuestro homo sapiens, descubrió el fuego y no contento con calentarse y calentar sus alimentos, empezó a provocar incendios forestales, para ganar parcelas arrancadas de la incultura circundante.

Comprobó que poseía una asombrosa superioridad sobre los animales, podía transformar, modelar la naturaleza, rehacerla a su antojo, jugar al Dios creador en su pequeño jardín del Edén. Advirtió poco a poco que experimentaba gran satisfacción en poseer, en contentar sus deseos y en satisfacer sus necesidades.

Muy pronto nacería en él la vanidad, el culto a lo inútil y a persuadirse de que era la característica de su genio.

Antes de saber como era el mundo, ya se había empeñado en destruirlo. Y ahora, el hombre de ahora, enamorado del progreso, es como ese automovilista, descendiente de campesinos que desde el comienzo de los tiempos ha caminado siguiendo el paso de los bueyes y de repente se halla bruscamente al volante de un coche extraordinario, de un monstruo que alcanza los 300 kms. por hora. Aprieta suavemente el acelerador, siente bajo sus pies una reserva de ilimitada energía, forma un solo organismo con esta máquina dispuesta a suprimir el espacio y el tiempo, “él” es esa máquina, por la simple acción de su voluntad, se ve lanzado a la velocidad de un cohete; se siente aterrado y al mismo tiempo ebrio. Sabe que por no tener costumbre de manejar una máquina semejante, podrá chocar con una pared, coger mal una curva, entrar en colisión con una fila de coches y acabar con su vida de forma trágica. A pesar de todo, a pesar del miedo que le inspira esta máquina diabólica, no podrá evitar pisar el acelerador, correr cada vez con mayor rapidez hacia la catástrofe.
Es exactamente el comportamiento del hombre aferrado hoy al volante de ese prototipo de reacciones imprevisibles, “El Progreso”; un progreso que él es incapaz de dominar, pero al cual sigue acelerando con una tremenda inconsciencia. El progreso es un juguete maravilloso que él es incapaz de rechazar y nada impedirá al hombre, este niño eterno jugar, aún cuando el juguete explote entre sus manos.

El hombre está haciendo que todas las creaciones orgánicas de la naturaleza, tenga un mecanismo concebido por un tiempo de existencia definido, no se da cuenta de que es solo un ser pensante y frágil y tiene todas las de perder.