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La Tierra

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viernes, 27 de abril de 2007

El Beso, !Ay El Beso¡


"ya sea que cierre o abras tus ojos,
cuando besas a otra persona en la boca, verás su alma
"



Ese gesto simple y cotidiano que parece impregnado de una gracia divina que lo convierte por si solo, en algo mágico, misterioso, sibilino y cabalístico. Ese gesto que es a la vez íntimo y erótico, simbólico y vehemente, prosaico y enigmático, ignominioso y provocador.
Ese gesto que la historia ha arrinconado, ha ocultado descaradamente en la trastienda más oscura de lo inconfesable de las acciones y motivaciones humanas para así, según dictan las leyes morales, guardar la virtud y poner a salvo el reboltillo de intimidades inmorales que han motivado sensual y sexualmente a los hombres y mujeres desde que el mundo es tal.

No obstante, ese tupido velo, decoroso velo, con el que se le ha enmascarado siglo tras siglo no ha podido con su embrujo que hace que lo repita quien lo hace, atrevida y descaradamente.

El beso ha hecho la historia con mayúscula, esa historia pecaminosa y secreta de los individuos repleta de especulaciones y suposiciones de leyendas y mitos; esa historia subterránea e invisible que mueve un montón de acontecimientos. Hoy en pleno siglo XXI, el significado del beso ha variado considerablemente.Ahora es más que nada, un gesto de andar por casa que muestra ternura, amor, afecto, respeto o simpatía.

El beso mirado así por encima podría parecer un tema superficial frívolo o banal, pero no lo han considerado así la antropología, la historia y la sexología, como tampoco lo han hecho la literatura, el derecho y la psicología; y hasta los mismos médicos y biólogos han quedado fascinados al observar ese cóctel de reacciones químicas que se producen en nuestro cuerpo al ser levemente rozado por deseados labios ajenos.

Sólo Dios sabe porqué y cuándo el hombre y la mujer empezaron a besuquearse, unos dicen que empezamos aprendiendo al nacer, por el contrario algunos dicen que el origen del beso está en la prehistoria cuándo las madres alimentaban a sus hijos con el sistema boca a boca; sin embargo demasiados especialistas dicen que el origen verdadero del beso procede de los tiempos en que al hombre le era indispensable tener el olfato a prueba de bomba, los hombres se olían unos a otros con el fin de detectar a los enemigos y a los amigos, o sea a los miembros de una tribu o de un clan extraño, se supone que cada grupo, debía de poseer un olor característico al olor del grupo. Hay un número de pueblos que ignoran lo que es el beso en todas sus formas, otros lo conocen pero no lo practican.

A través de los tiempos el beso no solo ha pasado de boca en boca, de mejilla en mejilla, desatando pasiones y anhelos, sino que incluso ha servido de elemento diferenciador de clases sociales; cuánto más bajo era el lugar que ocupaba el individuo en la sociedad más debían inclinarse para besar.
Para algunas tribus el beso consiste en chupar los labios de la pareja, entre los lapones el beso es realizado con la boca y la nariz, al mismo tiempo los árabes lo tienen o tenían prohibido, la misma Cleopatra era consideraba como la boca que traga...en una noche llegó a besar a cinco mil soldados romanos, los japoneses y los chinos lo consideraban algo pornográfico, los indios lo consideraban chocante, los americanos los más liberados en cuánto al beso, en Europa las personas que se tienen afecto no dudan en besarse y en España dicen que existen los besos más electrizantes, embrujadores y hechiceros.

El erotismo es sin duda alguna, un elemento inseparable del beso, quizás su más fiel compañero junto con el elemento comunicativo, ya que un beso dice y hace sentir más que mil palabras. Besos alucinantes que nos hacen perder el sentido de la noción, del tiempo y del espacio y todo ello debido a que la información producida en la boca, región labial, es recibida… según los cirujanos cerebrales... con tal intensidad y en tal extensión que el resto de las sensaciones pasan a segundo plano.

Esos besos que nos hacen perder el sentido a la vez que ponemos en funcionamiento 28 músculos y nos arriesgamos a coger la rabia, la sífilis, la gripe, la rubéola, o simplemente una alergia a causa de los pintalabios, todos, incluso el beso más apasionado se convierte ante los ojos de la ciencia en una desbordante contaminación bacteriana. Mientras besamos en la boca, cambian de propietario, así como quien no quiere la cosa, 250 bacterias, al mismo tiempo que lo hacen 9 miligramos de agua, 0,4 de sales, 7 de albúmina y 0,11 materias grasas.

Los cardiólogos tampoco nos muestran muy sugestivo el beso, pues consideran este acto como un placer demasiado caro para nosotros, ya que un beso de esos delirantes, nos cuesta 3 minutos de vida, los científicos dicen haberlo comprobado por las pulsaciones y la circulación de la sangre, durante los besos apasionados, las 4 cámaras del corazón bombean hasta un litro de sangre más en nuestras venas, y el corazón realiza hasta 150 pulsaciones por minuto siendo lo normal hasta 80, máximo 90.

Sin embargo los psicólogos manifiestan que nuestra vida psíquica necesita sensaciones fuertes y estimulantes.
¿Y qué más estimulante y grato que un beso fogoso, apasionado, ardiente, sensual, vehemente, arrebatado, impetuoso, volcánico, desenfrenado y delirante?

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