Amor mío
El viento que baja desde los montes
Agitando flores y ramas
Me trae un rumor extraño de hojas
Ladrar de perros, voces lejanas.
Respiro hondo…
Pasan rostros, miradas, voces y
Manos que me saludan…
Desde el principio hasta el fin
En todo busco algo tuyo
Pero nada se parece a ti.
Porque tú eres un árbol
Grande y hermoso
Cuyas raíces…
Sembraste en mi cuerpo
Y en mi corazón
Enredando en él mí alegre
Juventud de pájaro cantor.
Como me duelen mis días
Y mis noches tan solas y frías
Me duelen tus manos
Llenas de mi cuerpo
Pero me duelen con alegría.
Porque tú me amaste
En el lecho de jara y romero
De amapolas de sangre
Y de margaritas blancas y
Amarillitas.
Cuántos atardeceres rosados
Cuándo el sol agonizaba
Detrás de los montes
Tú y yo…abrazados…
Sumergidos en un mundo raro
Veíamos el ir y venir
De las mariposas de nácar
Y las libélulas de alas de oro.
Saltaban los peces de plata
En el agua cristalina
Y todo el lago…
Se llenaba de mis risas.
No permitas que llore…
Sola e indefensa en mis faldas
Que temo que la dura noche
Siga siendo tan larga.
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Huellas.