Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Corramos... Hay que salvar el planeta.

Corramos... Hay que salvar el planeta.

La Tierra

La Tierra
.

viernes, 15 de junio de 2007

Si Paseo por mi CiudaD.



La calle es oro candente y grotesco, el negro desfile de las torres de esta ciudad mía cuando arrogante esparce su rostro, guarece a las sombras con las sombras.
Su pobre corazón que abarca a cada uno de los nuestros, parece bajo la noche un pobre corazón de niño maltratado.
Yo, en silencio como ella, la paseo, la poseo entre sus sombras y mis sombras, la escudriño y la siento en cada parpadeo de emoción y de ternura, mientras imagino cuantas historias en esos 5.000 años de antigüedad y de tantas culturas, cuantas historias entre cortinajes pálidos de risas provocadas, de estallidos nerviosos de rabia que acercaron a esta ciudad al fin último de los tiempos en la belleza que prosigue en cada rincón de su sufrida geografía.

Sórdidas cadencias nocturnas perfilan mi rostro de mezclas de razas galas y latinas y de almas probables, y la luna allá arriba- Mi Musa-, esta noche está aún más lejana, casi traidora-olvida lastimera mi frente-como bermellón pasajero, sorbo rápido de ensangrentada tristeza. Mis pasos recobran el eterno tránsito de la huida.

Siento como si la noche hubiera esfumado la explicación movible de luz, llanto incontrolable a través de un cielo sin estrellas fulminado; como si la luna misma a través de ese pozo oscuro de esta noche descendiera desesperada y taciturna buscando un sentido duradero a tantos vuelos pretéritos, mientras yo me digo imperceptible:

“ No es más que su brazo alzado, compasivo y combativo de la tormenta de Octubre en su mirada”.

Mi ciudad esta noche oscura y desmelenada se asoma a la soledad de sus doce campanadas, interiores consternados, mágicos vuelos, prietos de amor incontenido, sueños perdidos, encontrados, distancias, presentes pasados y futuros se ocultan bajo su queda y dormida mirada.

Viajo con la luna en las tinieblas de la inconsciencia gozando esta noche de mi propia existencia, flotando en el magma misterioso de tus ojos y tu voz que se han cruzado como una volcánica interferencia, ansiando llegar a mi orilla, apoderándose de los instantes aletargados por la espera, haciéndome infinito, canto y humo lanzándome al espacio para después bajarme y hundirme en la tierra.

Trato de sostener mi falda mojada, pero el viento tira de ella con fuerza y la luna me abraza, con un abrazo tierno y poderoso y me envuelve como si yo fuera una paloma que quisiera cobijarse en el globo hinchado de su forma.
La lluvia ha levantado el olor a jazmín, a jara y a romero que se va quedando impregnado por el aire y los árboles de la avd, Montengro en dirección al muelle desde el puerto, soplan majestuosos a mi paso, como en una reverencia a la casi única compañía.

Me acerco al mar, me gusta el sonido del viento del mar Atlántico cuando lo observo en su horizonte, a veces callado y otras brusco y airado, trayendo mezclas de sal y olvidos, que se unen a la atmósfera con su piel delgada, trémula, calma y obstinada, un coro de olas blancas la acompañan en las sombras llenas de espuma, haciéndome aún más gaviota, más pantera y más mariposa.

1 comentario:

  1. Debe ser imagino muy hermoso pasear contigo, sacas lo más lindo y tierno del paseo, eres muy sensible y especial gaviota.
    Te sigo.
    Francisco..

    ResponderEliminar

Huellas.