Se acabaron las mentiras
los desaires, los absurdos
los aguardo y las esperas
Terminó de lacerar el amor…
Te dejo el desamor, ese que te arrastra
por las aguas infectas de tu río,
ahora, y en tus horas; ya,
tan sólo te duele el vacío.
Y fui yo quien adiós te dijo
me coloqué mi coraza
y te negué cobijo
no te traeré de vuelta mi voz,
pero no te dolerá,
tu alma es asidua
al tormento y al martirio.
Tu corazón convoca raudo
al olvido,
ya nada altera tus sentidos
está acostumbrado
a la soledad y de tanto herido,
siempre estuvo
en el último rincón del infinito
en pleno duelo con el vacío
que hasta del amor ha dimitido.
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Huellas.