Cuando escribes al deseo
transparentas tu semen
a golpe de bolígrafo,
la tinta se torna blanca
en cada trazo…
y el papel con el que juegas
vuela a ser trampolín
de la conquista,
¿juegas a alquimista del sexo?
Es hermoso crear oro
cuando suspiras y respiras
y te tragas boca adentro,
las letras de su nombre,
revientas la pasión
en cada frase
dibujan las letras
la sonrisa ávida
de tu retina,
como fugaces caricias visuales
lanzadas con mortero
que derriten de las pupilas
el acero…
¡es tan cómplice el deseo!
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Huellas.