Se cayó la luna de amores
se volvió lisa, fría como losa
se quedó un suspiro
vagando
en los vértices de tu boca,
como un aroma de besos que duermen
como cuando el alma se queda sola
y enmudeció tu mirada,
en los surcos de otra boca
como enmudecen las manos
cuando otras manos la rozan,
y volverán a ser sones
como notas de otras notas,
que antes tocaban la música
de aquellos dos corazones.
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Huellas.