el negro desfile del orgullo,
de este desfiladero duro y arrogante
esparce su rostro
guareciendo sombra con sombra
al pobre corazón de dos seres atormentados.
en esta historia de cuchillos
abandonados, de cortinajes pálidos,
de risas provocadas, de estallidos nerviosos
que acercan a este corazón
al fin último, si tu amor prosigue
en ese rincón oscuro de la plaza,
cuando ya la ciudad duerme, y yo fervorosa
empiezo a comprender los mensajes
ocultos, tan contrarios,
como hoy que pretendo disuadirte
y rescatar los miembros esparcidos de tu caída
que te devolverán la vida para siempre.
al paisaje ecléctico,
ha amanecido regada de sol y restos de la lluvia
como si la noche anterior hubiera dibujado
la explicación movible de luz y llanto incontrolables
ante un cielo sin estrellas fulminado.
Como si tú mismo a través del pozo de lo innombrable,
descendieses desesperado y taciturno buscando un sentido
duradero a tantos vuelos pretéritos
ya desgarrados, invencibles en tu conciencia torpe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Huellas.