Algún día despertarás
sembrado de ternura
en los surcos de tu cuerpo,
buscándome en un amanecer
sin esperas, sin fronteras,
sin olas ni mareas…
Yo no quise soñar _ créeme_
Y soñé…
Entiendo que tú,
sueñes también.
No pensé llenar con mi ternura
tu vida,
ni me imaginé que llegaras
a apagar tu sed,
en la fuente fresca de mi risa, _ no pensé_
ni que caminaras de la mano
con mi ausencia, _ créeme_
Tampoco quise volar
ni desatar la trenza de mi pelo
hasta llegar al lindero lejano
de tu cielo,
ni marcar con mis besos
la abandonada línea de tu boca,
ni me empeñé en ser,
el aire que te roza _ no pensé_
solo fue un accidente _ créeme_
Ni quise confundir tus horas
con mis horas,
para unir el tiempo exacto
de los atardeceres,
hundiendo mi mano
en su rojo lecho de muerte,
no pensé acariciar tu pensamiento,
ni ser la esencia viva
que despierta tu cuerpo,
llama, fuego adentro…
No pensé_ créeme_
Pero te siento morada
Que habita mi cuerpo,
Y en tus brazos desaparezco,
Porque soy viento,
Y en ti… Me quedo.
Qué bonita poesía, profunda, lenta, íntima. Me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Rosa María, eres muy amable.
ResponderEliminarme dirijo a tu blog a visitarte.
Un saludo afectuoso.