
Me acomodo y sueño
Con nunca jamás,
La flor del despertar,
Me hace respirar con el olor
De no poderte olvidar.
Ser contigo caracola
En la inmensidad del mar,
Quién te pudiera ser,
Contigo eternamente
Y ni siquiera es…
De tanto llamear…
Yo soy la dilatada brecha
De donde recibe claridad,
El halo fugaz de tu mirar.
En las aguas limpias,
En la arena del sueño,
En mi sangre y en mi beso.
Libre nunca preso,
Quieto bajo la cumbre
De mí agitado pecho.
En el campo solitario
De tus cordilleras y bañarte
de rocío al llegar la primavera.
De las manos impedidas,
Entre las filas de tus sonrisas
Apresuradas y compasivas.
El sueño que a mi me habita,
Sueño que duele, alma infinita
Como la luz del sol que me gravita.
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Huellas.