El viento es un pañuelo azul
que vuela en el adiós,
el silencio
retiene a las gaviotas
que vuelan por el aire,
buscando el sol,
aves sabias
que sobrevuelan
sobre los mares
de las batallas,
surcándolos de sueño en sueño
robándole al aire
las lágrimas de sal
y haciéndolos besos
de agua,
para abordar el olvido,
y curarse de toda la distancia
que despeina el arco-iris
y viste de lluvias
la última caricia,
desde su vuelo,
la tierna gaviota
contempla la tristeza irregular
de todos los charcos,
mientras cae una lágrima
estancada,
en sus ojos ahogados.
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Huellas.