Se secaron las flores,
Las mariposas se desnudaron
Lentamente de todos sus colores,
Se airó el viento
Poniendo a su paso
todo en movimiento,
La sombra con sus ropajes
Se extendió de bruno
Sobre el paisaje,
Se calló el mar,
Desrizando todas sus olas,
Llovió barro
Sobre los campos pálidos de amapolas,
El arco-iris dejó la bóveda incolora
Y el tiempo clavó sus fauces
Sobre las horas de la tarde…
Y tú pasaste
Cerrando ojos de azules
Como los míos de verdes,
también cerraste
Un día de sol hiriente
Borraste la vida y
Te arrastró la corriente,
Rodeando de grises
Aquello cuanto quisiste,
Nos encontraremos
En el brillante latir
de una estrella imposible.
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Huellas.