LA LOBA DEL ANDÉVALO

martes, 25 de diciembre de 2007

Un día te encontré,

Un día te encontré,

no sé cuando ni porqué

solo supe que

al mirarte

ya antes, te miré,

que te alimenté

y caminaste en mis pasos

que te adentraste en mi ser

te adueñaste de él y

lo hiciste tan nímio que

ya nunca fui, sino fuiste.

Y hoy como ese siempre,

avanzas, lo arañas y abres

y emerges de él

con la misma luz de ayer,

parece de sueño,

y quizás lo sea,

porque allí en mi gesto,

entras saliendo

metiéndote en él,

y no por mis pupilas,

es algo más que “ver”

puede que sea y sea,

donde el llanto llora,

donde el gozo goza

donde el tu y yo,

se encuentran,

porque es más allá,

más allá de los ojos

donde tu y yo nos vemos

allí donde nace y muere,

todo consuelo…

si acaso en la presencia

del eco, un día…quizá

¿nos vemos?

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