
Y también a veces deseo ser viento…
Para volar los espacios infinitos, asida a la cola de mis sueños.
Si pudiera adquirir la inmunidad de la espera, esa que es una inyección letal para los sueños y poder ser lo que deseo… ser lluvia para caer fresca sobre la cara de la injusticia, de la intolerancia, del desamor, de la desigualdad, de la necesidad y ser viento para secar el llanto de la pena, y arrastrar el dolor de los niños indefensos, y ser luz para dar claridad a tanta sombra que como un manto asola los arrabales oscuros donde nadie entra de la tierra.
Es solo una ilusión. ¿Y si lo ideal de las cosas es una quimera y en realidad nuestro paso es tan breve porque vamos hacia otro lugar?-podría ser- pero si no, la vida se apura mientras espero, y las horas, los días… el tiempo, pasa burlándose de mí, y me clava una espina que separa la realidad de mis sueños. La soledad en las respuestas –sola- me acompaña.
Vacío mis bolsillos de ideales como una niña perdida y sin destino, cuando veo como desprecian la vida humana con tanta indiferencia y como se queda impune siendo así doblemente despreciada, pero luego desvío la mirada y me busco en mi interior volviendo a beber de nuevo del cántaro de la esperanza, vuelvo a beber de su agua a pesar de que no me quita la sed y oigo su voz sabiendo que no me habla, y vuelo y otras veces me desvelo buscando motivos para encontrarla.
¡Y quién soy yo! si para este mundo enorme e inmenso no existo, lo sé, no soy y nunca seré más que nada.
Tan solo pensé que sería hermoso desear… ver llegar y besar la alborada… siendo luz, viento y agua…
En estos papeles mojados por mi impotencia, quiero hacer crecer mi alma, aunque sepa del silencio de la indiferencia con la que el mundo global me hace saber que soy una indiferente individualidad, una hormiguita por un elefante pisada, y también grito y araño las paredes de uñas contra la indiferencia porque no soy… porque no quiero ser si el mundo no me ama.
¡Cuanta vitalidad, amiga, en tus palabras y en tu vida…! ¡Cuanta pasión y cuanta impaciencia…!
ResponderEliminarCuando me impaciento, algo que me ocurre demasiado a menudo, intento tener presentes unas palabras que me han sido repetidas bastantes veces y que vienen a decir algo así como que en la vida todo tiene su momento y no es antes ni después. En esos momentos, intento convencerme de que solo soy dueño de mis actos y que de los actos de los demás, si acaso puedo intentar convencer en alguna pequeña medida. Me intento convencer de que el ritmo de la vida es mucho más cadencioso que el mío y que debo se yo el que intento adaptarse, porque la vida no lo va a hacer conmigo. Y me intento convencer de que, siendo un solitario grano de arena en la inmensidad del desierto, es necesario que apunte en la dirección que creo adecuada para haya una posibilidad, por pequeña que sea, de que lo importante vaya en esa dirección.
Me intento convencer de todas estas cosas pero, si te soy sincero, muchas veces me valen de poco, porque mi desesperación me puede. Sin embargo, más allá de estos momentos puntuales he intentado adaptarme, como lo hace un camaleón: pienso en grande pero vivo en pequeño. Pienso en grande porque creo que este mundo debe ser mejor, pero vivir, lo que se dice vivir el día a día, lo vivo en pequeñito, gozando de las humildes delicias de la vida cotidiana. Y, por supuesto, sin dejar de disfrutar de esas otras legítimas y no tan humildes. Pero estas solo llegan de tarde en tarde.
Un gran abrazo, Cinta. No sabes cuanto me alegra ser testigo de esta vitalidad tuya y de esta beligerancia.
Por cierto ¡ya me extendí…!
Hola Suri.
ResponderEliminarNo sé qué decir, solo gracias por tus bellas palabras.
¿soy impaciente?
quizá a veces.
Beligerancia? si te refieres a ella como valor, vale, pero como guerra y contienda, pues creo que no, no me gustan los conflictos.
Si lo dices como lucha , si, soy luchadora.
En cuanto a lo que expones sobre ti, pues, hay que confiar más en que no lleguen de tarde en tarde y ser más valiente no?
bueno que ya me meto donde no debo.
Bueno que me extiendo jaja.
Gracias trovador, un besote.
Serun viento fuerte y cálido. Fuerte, para llevarse los miedos lejos y cálido para poder secar las lágriamas del dolor y la pena.
ResponderEliminarPrecioso texto Karol_a.
Un beso