
muere la tarde y se marcha,
el sol contempla su obra
antes de dejar el alba,
haciéndose el remolón
va preñado de esperanza
por si la luna madruga
y ver su cara de nácar…
El sol aún conserva sus ascuas
requiebros llenan el aire
y un brillo de luces blancas
lo va llenando de magia,
que ya aparece la noche
y trae a la luna guapa.
Ya se retira impotente
por sus rayos fuego lanza,
un bosque de rudos brazos
como dos rayas rosáceas,
intentan llegar a ella
desde la fuente del alma,
el día no lo permite
y en la noche se le escapa…
El sol quisiera ser cielo
y ser de ella morada
para dormirse a su vera
y despertar con el alba.
Ya se retira el sol,
la luna, triste sus luces derrama
y en las aguas del océano,
se refleja enamorada…
Se apagan todas las voces
el sol se va solitario
y en un rinconcito del cielo
la luna queda llorando,
sin amor, sin calor ni amparo…
la luna deja mensajes
por las campiñas agrestes
por los ríos y las nubes
en donde dice te espero
“pa” cuando llegue mañana
el sol luzca alegre y fuerte…
Somos luz, somos luz
en diferentes senderos
pero luna tu me quieres
y sabes que yo te quiero…
Tú lo sabes luna dulce y a veces fría,
que trazas dividiendo noche y día,
tu divino paréntesis de plata.
Precioso el cantar de la luna morena y del sol terciopelo. Me gusta todo entero, pero especialmente esta estrofa llena de ternura:
ResponderEliminar“El sol quisiera ser cielo
y ser de ella morada
para dormirse a su vera
y despertar con el alba.”
Precioso este dialogo de luna y sol, de luces intensas y paréntesis tenues.
Mi admiración un día más.
Y un fuerte abrazo.
Si esa estrofa es muy sencilla pero muy tierna, encierra mucho sentimiento.
ResponderEliminarGracias Trovador, un día más....