domingo, 4 de abril de 2010
Aromas.
Ha oscurecido, la calle huele a aromas que se mezclan con exagerada intensidad, a veces empacha y aturde pero es ese olor tan reconocido que marca las épocas, ocurre que los olores tal como los recuerdos vuelan con el aire como hojas de árboles, que las cosas se recuerdan también a base de olores, creo que todo tiene su olor, la alegría, la tristeza… el césped recién cortado con olor a primavera es el olor que yo tengo de mi casa y así me acostumbré a reconocer el olor en mis recuerdos, la vida está llena de olores, y muchas veces son los despertadores de los recuerdos…o te llevan a momentos, lugares y personas…
Jadir dice que cuando pasea por algunos lugares aunque sean muy distantes y huele a jazmín y a vainilla, se traslada a mí, que soy el recuerdo que le trae ese olor, como lo es el de las flores de la India el que le recuerda a su madre, a mí el olor a mermelada recién hecha me trae el recuerdo de mi abuela, y el de su casa en el campo, el olor a fresas en el aire cuando aprieta en Andalucía el sol, me recuerda a mi padre, el olor de las rosas de mi patio es el olor que me lleva a mi madre, así podría enumerar personas y recuerdos, cada uno con su aroma.
Yo creo que adherido a la visión va casi siempre un aroma, la Luna, la Nieve, el Junco, el volcán, la estrella que revienta de luz en las noches olorosas del mar con olor a sal, el ébano con su corteza de okume desgajada, los cantos del río, el rosario de luciérnagas que fecundan la vía láctea, o el vapor azul del sudor de la montaña…
Alguna vez cuando voy a visitar la casa del campo de mis padres al entrar en el camino, me rodea un olor a pino y cuando llego al patio, me gusta sentarme en la mecedora que dormita acogedora debajo de la parra y al lado del siempre verde y la dama de noche, del romero, de los arriates de perejil y yerbabuena, y como no, del azahar intenso de los naranjos y el olor del limonero… me tiendo en ella y me abandono en sus brazos y cierro los ojos mientras me balanceo en ese mundo mezclado de aromas conocidos y entonces floto y me sumerjo en mi niñez-tan bonita- y me seduce la serena placidez en el silencio del patio…
Más abajo en el muro blanco de cal que separa el patio de los pinares y detrás de estos los campos de fresas, aún se pueden leer los versos a trozos, casi borrados por el tiempo algunos y otros por las lluvias y el sol, versos de niña y de adolescente… me parecen tan diferentes, tan claro el paso del tiempo…
Versos de adolescente adornan las paredes blancas
aquellos lutones de sol y cal,
donde me perdía en las torpes letras
de mi adolescencia,
cuando por cualquier cosa
sentía el corazón como si se rompiera…
En eso aún no he cambiado casi nada,
este me sigue jugando malas pasadas
y el aroma sigue estando en el césped
verde y fresco de la Rábida…
Tú volvías cuando yo me marchaba…
y el aroma de la madera
del viejo muelle de mineral,
me lleva al puerto,
allí donde aún descansa el recuerdo,
mi risa y mi pelo alborotado por el viento
sentada en el ocre terrestre que rompe
lo marino…
y allí en el horizonte... mi alma... que he crecido...
lo desmiente...
que aún vuelan los versos
llenos de la alegría de los adolescentes,
ese aroma que crece y que crece... entre mis manos dolientes.
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Que sigan floreiendo tus versos que son los aromas del alma.Detrás de una lágrima siempre llegará el beso como bálsamo y el abrazo cariñoso de quien tanto nos ama.Yo siento cosas parecidas cuando vuelvo a casa de mis padres y encuentro mis recuerdos en forma de cuartillas y casi siempre sonrio ...otras no pero se que siempre esta el beso regenerador.Como siempre llegas al alma,Besos.
ResponderEliminarA propósito de anónimos...
ResponderEliminaraquí también me ha dejado uno, la misma persona cobarde y sutil que se esconde, puntualizo, solo me ataca eso que escribí cuando entro en esa casa, por lo demás, tengo una vida demasiado rica y ocupada señor anónimo, para importarme si los olores siguen puntualmente en la Rábida o no, la prosa poética, claro que de eso usted no entiende... es así.
Corrió el aire...:)
Gracias Sombra Gris, por tu bello comentario. :)
ResponderEliminarNos conocemos Anónimo, hay empeños de esconderse, que no se `pueden abandonar, aque si? Si. No eres bienvenido así que no molestes por favor. la mala intención corre por los vertederos no en mi blog. Gracias por irte. :)
ResponderEliminarCuando las palabras salen solas, eso es inspiración. Así debe ser escribir.
ResponderEliminarEs curioso, como ya conté en un post, yo de toda la vida hay una noche en la que huelo la primavera. Suele ocurrir una noche de Febrero, y desde hace muchos años, siempre se lo cuento a alguien. Por cierto, este año todavía no he olido la privamera...
Por otra parte, de manera más fuerte para mí, existe una armonía entre la palabra y la música, de tal manera que un mensaje solo encuentra la armonía en un tipo de música y viceversa. Esa armonía es la que intento encontrar y plasmar en mis blogs, de tal manera que unas veces (la mayoría) busco la música adecuada a un texto escrito, pero en otras ocasiones, escribo algo que armonice con una música que me haya gustado.
Supongo que existe una armonia intrínseca entre todas las dimensiones de nuestra vida. Y, por cierto, puede ser apasionante buscarla...
Gracias por este post. Como verás me "ha tirado de la lengua", signo inequívoco de que me ha gustado mucho.
Por cierto, la última parte del post es una maravilla.
Todo mi cariño.
Gracias Emilio, me llena de orgullo que alguien que escribe como tú, me pongas estos comentarios tan generosos, y me animas mucho para seguir conservando esos momentos que fluyen de inspiración.
ResponderEliminarUn beso y mil gracias.
Gracias mi querido trovador, ya sabes que cuando me elogian me crea un estado de timidez que casi es como verguenza natural, siempre me ha ocurrido así y no sé qué decir más cuando sé que no son merecidos.
ResponderEliminarGracias por los ojos tan límpios y amplios con los que me lee y supongo que me miran.
Un abrazo.