miércoles, 25 de diciembre de 2013
A Donde Tú te marcharas...
Yo por tí taparía mi ventana vieja y hasta mi alma y creo, que marcharía contigo y sin mí, allí donde tú te marcharas, te buscaría entre sábanas guardadas por si tu olor se lo llevara el aire, como el viento se lleva todo, y con mis manos blancas te acariciaría como tantas veces tu cara ...
No creas que es solo mi miedo perezoso el que te persigue y te guarda, es, es algo más, es que te he guardado allí en aquel lugar donde no existen las palabras, un lugar en mi vida y un rincón en mi cama, no quiero dejarte solo, niño y nada ... flotas en mi y yo quiero ser tu agua aunque a veces creas que me he ido al sentirme tan libre y tan a solas, te pasas el día anudado a mi falda.... no te preocupes amor, solo que a veces es necesario sentirse sola, se reanudan cosas y se inventan otras para coger fuerzas.
Estás en mi tiempo, detrás de mis actos y vas con mi cuerpo y en todo lo que hago, y en medio del mundo, de los adioses y pañuelos blancos, llegas con la aurora marcando el paso...
A veces soy un poco efímera y tiendo mis alas y me echo a volar por el desierto, me gusta a veces y a solas sentir el hálito del viento.
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no se me ocurre nada más que un genial poema
ResponderEliminarque leía por mi adolescencia, y siempre me gusto.
A UNA NOVIA - Rubén Darío
Alma blanca, más blanca que el lirio
frente blanca, más blanca que el cirio
que ilumina el altar del Señor:
ya serás por hermosa encendida,
ya será sonrosada y herida
por el rayo de la luz del amor.
Labios rojos de sangre divina,
labios donde la risa argentina
junta el albo marfil al clavel:
ya veréis como el beso os provoca,
cuando Cipris envíe a esa boca
sus abejas sedientas de miel.
Manos blancas, cual rosas benditas
que sabéis deshojar margaritas
junto al fresco rosal del pensil:
¡ya daréis la canción del amado
cuando hiráis el sonoro teclado
del triunfal clavicordio de abril!
Ojos bellos de ojeras cercados:
¡ya veréis los palacios dorados
de una vaga, ideal de Estambul,
cuando lleven las hadas de Oriente
a la Bella del Bosque Durmiente,
en el carro del príncipe azul!
¡Blanca flor! De tu cáliz risueño
la libélula errante del Sueño
alza el vuelo veloz, ¡blanca flor!
Primavera su palio levanta
y hay un coro de alondras que canta
la canción matinal del amor.
hola cinta pasando ahora mas regularmente por aquí por sitios y lugares donde no existen las palabras trato de leerte entrelíneas pero no alcanzo solo me queda apreciar tu sensibilidad y verte volando. un fuerte abrazo desde el otro lado del charco.
ResponderEliminarCuando no estás, los días son lentos, injustos.
ResponderEliminarCuando no estás, tampoco estoy conmigo...
Cuando no estás, los días son lentos, injustos.
ResponderEliminarCuando no estás, tampoco estoy conmigo...
(la mía, Cinta. Un gusto leerte!!!)
Allí donde el sol se mece en el horizonte, poco antes de internarse para siempre....ahí me he marchado solo y sin mí
ResponderEliminarBesos Poeta. Hermoso poema-prosa...Te quiero mucho!
Allí bajo el horizonte, donde el Astro Rey se oculta, la luz es perpetua,,, Besos
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