No sé qué sentirás tú cuando nos encontramos
Pero yo te cuento,
Que me pones de los nervios
Cuando me lanzas la mirada desde dentro.
Me suben las molestias del estómago a los senos
Y me sube de repente la mirada adolescente.
¡y qué rabia!
Que me sorprendas tirando
De los menudos alfileres clavaditos en la cara.
Y para colmo, como si yo fuera
La única imagen que vivieras,
Me disparas con los ojos.
¡Qué vulnerable!
Me quedo sin sonrisa, ni gestos
Ni palabras que te hablen.
Será que me estorba todo
O que me expropias de todo
Cuando me clavas tus ojos.
Será eso…
Al paso,
Dice tu mirada que te quedas con el hambre de mis besos
Los que sientes dentro consolándote el aliento
Ni tienes el mapa de mi cuerpo, sendero de tu tormento.
Y yo,
Para gritar lo que siento,
Voy trazándote en mis versos.
¡Qué desconcierto!
Cuando yo subo la calle, tú la bajas
Y me llevas de portada en tu mirada
Cuando me encuentro contigo cada mañana
Con esa mirada larga de unos ojos que me clavan
Tendré que bajar las pestañas para callarlas.
Pero dicen que el vértigo se siente cuando cerramos los ojos
Así que, miraré al frente, y deja de molestarme.
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Huellas.