Prometo ayudarte a amar la vida
abrazarte siempre con ternura
y tener la paciencia que el cariño exige
hablar cuando hagan falta las palabras
y compartir el silencio cuando no,
Vivir al abrigo del corazón
y llamarlo siempre mi lugar.
Consolarte cuando te encuentres en la niebla
y devolverte la sonrisa si la pierdes
compartir mi ingenuidad como cuando era niña
que aún me habita, un día me empadroné con ella.
Cerrar la puerta a tus tristezas y abrir el verdiazul de las mareas...
La amistad no se vende ni se presta, se alimenta y se conserva.
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Huellas.