A veces ahueco el sentimiento
pecho adentro
y hago inventario,
riego las raíces, asumo lo que llevo
y arrojo fuera el miedo,
para seguir cantando
y me crezca sano y fuerte el corazón,
crepitando de luces como un astro.
Es bueno repasar los surcos internos
de vez en cuando,
por si acaso pierdo el paso
y así crecerme en la dicha de estar viva,
amontonando las razones y motivos
por los que vivo.
Esos que me elevan sin medida
restaurándome el latido
y me guarda impetuoso
tu recuerdo aunque te hayas ido
y la claridad que necesito.
Lo que no se ve también se cuida
es la esencia que mantiene la materia,
de qué me sirve tener el cuerpo sano
si me revelo y no te tengo
aunque te llevo dentro,
como tu me llevaste en su tiempo
regalándome la vida,
en ese mismo mes de mayo
en que te fuiste y es mi cumpleaños.
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