Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Corramos... Hay que salvar el planeta.

Corramos... Hay que salvar el planeta.

La Tierra

La Tierra
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viernes, 29 de febrero de 2008

Una Tarde de Muelle.

Pasan los días, regresan el invierno, el verano, el sol, las lluvias, el recuerdo, la memoria, la distancia, todo pasa por cada espacio de esta ciudad de trazo amado y tranquilo.

En cada rincón te sitúo y puedo encontrarte, aunque mi abrazo se hace más solitario al correr del tiempo pendiente abajo.

A todo le doy tu nombre y lo miro a través de tus ojos, tu no presencia a mi lado, recorro…

Te empapo de palabras hermosas, de versos, mientras te pienso, tu recuerdo a veces es sereno, otras, revuelto y violento, huele a cielo, a tierra, a metas, a saltos, a lucha interminable, a luz intermitente, a beso en el aire,

a ilusión sin límite, a infinito poema,

a sueños eternos

a quimera,

a vida por siempre…

Respiro todo lo que puedo a mar, aquí sentada en el embarcadero con mi estampa de perfil griego.

Todo huele a sal y es leve su mirar entre grises y verdes. Cercano al rumor del oleaje, se oyen voces, a lo lejos un niño que corre

Su madre llamándole,

Un camarero gordo y algo borde, el humo de mi cigarro, la música de mis cascos,

Y los testeros, cercanos, desde donde los pájaros lanzan sus trinos al mar y al aire,

Una luz entre rosa y celeste, el olor a pan y a pastel,

Un perro pasea su lamento aquí justo a mi lado, le acaricio su grito con mis ojos y me mira degollado de dulzura en sus pupilas,

La canoa se mece atracada en el puerto, un poco más allá una paloma picotea una manzana, la patrullera, y en un mástil la bandera y más larga la mirada, la madera del muelle de mineral y de frente, el ocre terrestre que rompe los marinos verdes,

Y yo en el banco que reposo,

tú aquí, allí, un todo “el horizonte “pasea tu no presencia por el muelle,

Más allá del aire,

Estará tu persona que viste alma y carne.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Un Beso.

Un beso emergerá una mañana por los linderos de tu memoria, cuando ya reniegues soledades y le pongas el recuerdo de mis labios buscando tus labios.

Omnipotente será la dulce intransigencia de su encanto.

Fascina ese instante breve que se empeña en emerger una y otra vez, como caricia leve.

Consuela que arraigue poquito a poco y no agigante su intersticio para que no seas un inquilino fijo en el reino de la sensibilidad y poder evacuar el alma ojos afuera de mis ojos, no quiero dejarte ciego a borbotones de luz con chispas únicas pero si quiero que sientas el abandono total ante tanta ternura donde tú y yo, nos encontremos disueltos en una pureza de amor inconfesable.

¿Acaso seamos tan solo una emanación de un sueño?

O solo un espejo donde el llanto acude, donde el gozo alumbra,

O la sombra de un ciprés que parte en dos el alma.

Quizá nos pulamos hasta quedarnos sin hojas de tanto imaginarnos, en esa distancia que deja la palabra muriendo en el afán de asir el sentimiento, y seguir hasta probar la honda evanescencia del recuerdo de mis labios buscando tus labios.

martes, 26 de febrero de 2008

Tambien Yo.


También yo corro las calles por si adelanto a un reloj gigante, que cubre mi cuerpo, mi pelo, la lluvia y a veces los folios empapados, y también se me eterniza la vida en unos minutos, en unos segundos apenas y abro los brazos en actitud de volar y siento las calles más grandes y como florecen las piedras, pero la verdad es una tela de araña de medidas perfectas.

A veces se precipitan al vacío los hilos sueltos y empieza el sonido de hacer aguas, a llenarse los caños y parece que todo comienza a estallar.

Luego con un simple gesto se regenera el laberinto, se cose y se borda el roto contra las culpas, el desamor, la censura, y desenrollamos la sonrisa.

Una sonrisa contra el petróleo, contra el odio, contra la guerra, sonrisas, contra la falta de tiempo y contra la falta a destiempo, sonrisas… a los despistes, a los ineptos, a los incautos, al reverente, al insolente, a la muerte, al decreto, a las normas, a la injusticia, contra los buitres… sonrisas.

Y de nuevo la trama, la herida transparente, el engañoso sostén de la felicidad, para dar forma a todo cuanto se desgarra, trotándome alrededor del lado izquierdo del pecho, al centro de mis entrañas, dándole forma al amor que desgarras.

Nada, nada, que nadie supo quedarse con un beso mío que yo te negara.

La verdad mutila mariposas, desertiza la saliva, horizontes aniquila, liba a Dios entre labios y pupilas, preñando el alma de pájaros y océanos de avispas.

Aquí estoy reconociéndome el genio de la palabra y el azúcar de los labios a pesar del amargo día que estuve con la muerte y todos con la vida, a veces las manos tibias y otras bien frías, a veces me llueven en las manos tantas notas como besos y otras solo el cartón del desperdicio, y tantas veces sueño y recuerdo el sueño, y descubro un poema como aquella tarde que descubrí a whitman, a veces anochece pronto y otras se descorchan las horas sin prisas.

Y sé que a veces la tarde se estremece y gimen los ponientes y la luna no sale al no saber su sitio exacto, ni derrama su luz sobre balcones donde la noche mece la música al alba, como yo, que no sé el latido que palpita mi corazón inmenso sin medida, la vida me atraviesa y me despoja del tiempo que pasa, del aire que respiro si respiras, del tiempo que te vivo y no lo sabes, del tiempo si supieras que me habitas, la misma mano de las caricias, la misma de los adioses nos derrama sin justicia, esa lejanía que me roza la boca, esa distancia honda que me figura las manos, cuando el viento me abandona en la tarde, como jugando…