Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Corramos... Hay que salvar el planeta.

Corramos... Hay que salvar el planeta.

La Tierra

La Tierra
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martes, 29 de abril de 2008

Dime.


Dime

¿Por qué me robaste el alma

y te bebiste de golpe

el verde de mi esperanza

para la sed de tu agua?

Déjame beber de tus labios

la explicación de la causa.

La noche trae en su velo

olor a luna encendida,

y las estrellas celosas

parpadean cuando nos miran…

la noche suspira toda

esa inquietud que la llena,

por todo el aire se escucha

los suspiros que la elevan,

desde mis labios al cielo,

reclamándola…

¡Qué difícil veredicto

ante el robo se presenta¡

tendrás que pagar tu falta

cuando ya la tarde caiga,

llevando la noche a cuesta

tuya será la nostalgia,

cuando las estrellas pasan.

Con todo el alma.


La luna reposa y observa en calma

Con su rizado crespón de nácar

Un meteoro me mira un momento y pasa

Su luz ha iluminado mi alma.

Y la señora redonda y blanca

Me ha preguntado mirándome

¿le quieres mucho?

Devolví su mirada contestándole

Si..con toda el alma…

En la galaxia

Una boca sonriente

Y en la siguiente

Unos ojos que me miran

Y más arriba…

Unos labios que suspiran.

Y ya sabes,

Aunque los mares se sequen

Y las lunas se caigan,

Aunque todo se olvide

Y la humanidad acabe,

Mi corazón estará siempre,

Esperando a que el tuyo,

Lo rescate.

lunes, 28 de abril de 2008

Desde mi alféizar...


Como me gustaría,

Oír las risas tragicómicas de Einstein y Copérnico,

De Newton y Galileo, entre aquél bulto de almendros,

Y verlos jugar al balón con sus engendros ópticos y magnéticos,

Con sus esferas descoloridas, y sus torpes astrolabios,

Hastiados de inmensidades opacas y torrentes de luz

Que escapan a su juicio…

Entonces si que me iba a reír bien a gusto,

me iba a beber la embriaguez de ese momento, y meterme dentro

de ese crepúsculo,

para sentirme “ Ignota Regio “ de alguna nebulosa jaspeada,

allí tan lejos,

donde Dios quiso mandarla

hasta borrar el punto de los mapas,

no ser localizada… ni en la alborada séptima,

y allí, mirar los astros y mirar la tierra,

desde mi alféizar,

lanzando con mis miradas,

lluvias de estrellas.