Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

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Corramos... Hay que salvar el planeta.

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La Tierra

La Tierra
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jueves, 27 de noviembre de 2008

Triste


No estoy cansada.
No es el cansancio
Quien me posee…
Es la tristeza
Que con sus garras me apresa,
La oigo como gime larga,
Que en mi pecho vive.
La tristeza es fría
O es la noche sombría
Que me hace suya
Y la hago mía…
La tristeza es callada
Pero escuchada,
La que me alcanza,
La siempre hallada.
No tiene brazos
No es nadie, ¡Nada¡
Pero te agarra
Y si no la invitas
¡da igual¡ es como el viento
que pasa… que gime y canta…
“me llamo Tú… pronunciando mi nombre…
estoy triste. Y no encuentro al culpable.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Lo sabemos.

Lo sabes.
Sabes que si deseas de lejos tienes que precisar mucho la mente.
Pero dicen que el deseo crece más en la distancia, aunque luego anhele esa proximidad que une y refuerza, porque dos cuerpos que se desean, se buscan…

Entonces cerca, todo se convierte en una algarabía de besos y caricias…
Siempre he pensado que tocar no es sencillo, no, no es sencillo tocar la piel de otro y provocar un estremecimiento y un estallido… Tocar es un arte, es como cuando yo toco mi guitarra, los dedos se alargan, las cuerdas se estiran y se tensan y a medida que tocas, se produce una eclosión y surge la música rotunda, y el deseo se vuelve real, como concreta la música, con la avidez de los dedos.

El deseo de lejos se vive intenso e incompleto, detenido en un momento, va más allá de unas manos, apresa el pensamiento, se cuela dentro y desde las entrañas, agarra el alma ocupando los espacios.

Como tu deseo,
Enorme y hambriento,
Convertido en obsesión
Comiéndote el corazón…

Déjalo, no es tan bueno vivir el deseo desde lejos…

¿A qué sabe el aire que respira el otro?- ese beso-

¿Y cómo son las manos huérfanas de piel? - esas caricias-

¿Y cómo tiemblan los párpados cuándo se rinden de no ver? -esa mirada-

¿Y cómo es el paso de grande y extenso que mide la distancia? – esa piel que se estira anhelada-

¿Y cuánto abarca la impaciencia? -toda la prisa-

¿Y la duda? ¿Y el desasosiego?- locura dentro-

¿Y cómo es la nostalgia cuando se encuentra con la ausencia?- triste y de mirada larga, abandonada- tiene el sabor y el matiz exacto del silencio, lo sabes ¿a que si?
No se puede conjugar y no tenemos ecos…

Es como esa Amapola que se enciende –roja- entre los trigales y el aire- sola-
Sin pronombre ni sustantivo ni verbo… yo, amor, te quiero…
Como si fuera un instante etéreo de pensamiento… lo sabes… todos lo sabemos…Cómo es y a qué sabe el deseo desde lejos…

martes, 25 de noviembre de 2008

Tu Ventana


Entrar a leerte
Es como beberse el plenilunio de una noche oscura,
Toda la sal de la séptima ola,
Recorrer el surco
Donde germinan todos los acantilados de la piel,
La bitácora del alma…

Por eso no entro, para que sepas que no quiero ni nombrarte,
Ni escribirte, ni leer tus versos,
Que son relámpagos en mis recuerdos,
Esos que tú disfrazas de palabras de amor, de besos,
Esos que tú vistes de tus perdidas batallas
Con palabras escritas en el trazo eterno de los sueños,
En los amaneceres entregados a una ventana entreabierta,
Enredando el tiempo…
No, no quiero leer tus versos.